El exseleccionador de España encontró respaldo total en la directiva, desde Luis Campos hasta el presidente Nasser Al-Khelaifi. Su llegada coincidió con las salidas de Lionel Messi y Neymar, lo que marcó el fin de la era de los nombres rutilantes y abrió paso a un enfoque más colectivo. Aunque Kylian Mbappé permanecía en ese entonces, su anuncio de salida a Real Madrid obligó a Luis Enrique a reorganizarlo todo desde cero.

Dembélé, Barcola y Ramos lideran una ofensiva coral

Lejos de sufrir por la salida de Mbappé, el equipo se reinventó con una ofensiva plural. El cambio táctico más relevante fue colocar a Ousmane Dembélé como delantero centro, un movimiento que resultó clave: el ex del Barcelona suma 21 goles en la temporada. Le siguen Bradley Barcola con 14 y Gonçalo Ramos con 10, parte de un conjunto en el que 18 jugadores han marcado y otros tantos han asistido.

El equipo también se distingue por su intensa presión alta, una seña de identidad que ha desarmado a rivales como Liverpool y Arsenal. A pocas horas de disputar la final de la Champions, la ciudad de París ya ve en Luis Enrique al técnico que podría llevarlos por fin a la gloria continental.

“El objetivo es escribir la historia”, repite Luis Enrique, quien ha convertido al PSG en un verdadero equipo de autor.