Un ataque sin respuestas en una noche crítica

El Real Madrid dejó ante el Manchester City un dato demoledor que expone una preocupante falta de contundencia ofensiva. El equipo de Xabi Alonso, incapaz de sostener su ventaja inicial, cerró el partido con solo un disparo a puerta, el de Rodrygo en el gol del 1-0. Esa cifra no se registraba en Champions League en el Santiago Bernabéu desde la temporada 2003/04, una señal clara de que el problema va más allá de una mala noche.

Durante más de una hora después del tanto del brasileño, el Madrid no volvió a inquietar a Ortega. El equipo acumuló 16 remates totales, pero la sensación fue de bloqueo constante: momentos de furia, largos tramos de desconexión y un final que dejó al Bernabéu con la frustración de una oportunidad desperdiciada.

Rodrygo rompe su sequía y Endrick ilusiona, pero no basta

El gol de Rodrygo, que rompió una racha de 1.415 minutos sin marcar, parecía anunciar un cambio de tendencia, pero el impulso duró muy poco. El brasileño no encontró socios ni espacios para repetir la fórmula que abrió el marcador, y el equipo volvió a caer en un ritmo previsible y sin profundidad.

La entrada de Endrick sí agitó el partido. El joven delantero rozó el gol con un cabezazo al larguero que encendió al Bernabéu, pero el resto del ataque permaneció desactivado. Ni las segundas jugadas, ni los centros laterales ni la transición rápida lograron romper el orden del City. La falta de mecanismos colectivos quedó en evidencia.

El peso de la ausencia de Mbappé

La figura más determinante del equipo, Kylian Mbappé, no estuvo disponible debido a molestias en su rodilla izquierda. Y su ausencia volvió a exponer la dependencia estructural que tiene el Madrid de su máximo goleador: en Champions, el francés convierte uno de cada 3,55 tiros, un registro élite que había reforzado con su póker ante el Olympiacos.

Sin él, el Madrid perdió amenaza, profundidad y capacidad de castigo. Xabi Alonso lo reconoció en rueda de prensa: “Se le echa de menos”, admitió, subrayando la falta de precisión para marcar el segundo gol que pudo haber cambiado la historia del encuentro.

Un problema que encierra un síntoma más profundo

La inoperancia ofensiva no puede explicarse únicamente por la baja de Mbappé. Ante el City, tampoco funcionaron el balón parado, las llegadas desde segunda línea o las combinaciones por dentro. Incluso Vinicius, obligado a actuar como un ‘9’ en varios tramos, se vio aislado y sin espacios para desequilibrar.

El dato de un solo tiro a puerta no es anecdótico: resume el atasco creativo del equipo y llega en el momento más delicado de la temporada. El Madrid necesita respuestas colectivas urgentes si pretende mantenerse competitivo a nivel europeo.