- Home >
- Fútbol >
- MLS >
- El apodo secreto de Lionel Messi en Newell’s que pocos conocían durante su infancia
El apodo secreto de Lionel Messi en Newell’s que pocos conocían durante su infancia
Una anécdota inesperada desde Rosario revela un apodo poco conocido de un Messi niño que ya aterrorizaba a sus rivales.
El origen de una leyenda contada desde la portería rival
La historia de Lionel Messi está llena de capítulos inolvidables, pero todavía hay rincones ocultos de su infancia que salen a la luz gracias a quienes lo enfrentaron desde pequeño. Uno de ellos es Hernán Galíndez, actual portero de Huracán y seleccionado ecuatoriano, quien recordó sus duelos infantiles contra el astro cuando él defendía a Rosario Central y Messi brillaba en Newell’s. Según el guardameta, Messi ya tenía un apodo temible: “El Colorado que juega con la 10”, una advertencia que, en sus palabras, significaba empezar “perdiendo 3-0” apenas escucharlo.
Aquel Messi niño ya era una figura intimidante. Galíndez recuerda que enfrentarlo era una experiencia única por su habilidad descomunal: “Era una bestia. Era llamativo que a esa edad alguien manejara la pelota así”. Desde muy temprano, el hoy atacante del Inter Miami dejaba claro que su talento estaba por encima del resto.
La primera atajada… y el primer gol de Messi
Galíndez también reveló que sus primeros recuerdos como portero están directamente ligados a un gol encajado por el propio Messi. Ambos se cruzaban en partidos cercanos a sus casas, cuando Leo jugaba en Abanderado Grandoli, uno de los primeros clubes donde mostró su magia. El portero recuerda con claridad cómo Messi regateó “a cinco compañeros, incluyéndome a mí”, una escena que hoy encaja perfectamente con la narrativa del prodigio rosarino.

Para el guardameta, mirar hacia atrás y comprender que ese niño que le marcó un gol sería el mejor del mundo es motivo de orgullo. Su testimonio añade una nueva pieza al rompecabezas de los inicios del siete veces Balón de Oro.
El reencuentro con el ídolo y un gesto que llegó hasta casa
Años después, ya como profesional y defendiendo a Ecuador, Galíndez volvió a enfrentarse a Messi, esta vez en un escenario completamente distinto. Tras un duelo en el Monumental que terminó 1-0 a favor de Argentina, el portero cumplió un deseo familiar: intercambiar la camiseta con el ídolo de su hijo de 8 años.
El proceso no fue sencillo, pero la ayuda de Leo Campana, compañero de Messi en Inter Miami, fue clave para acercarlo al capitán argentino. Para Galíndez, ese intercambio representó mucho más que un recuerdo deportivo: fue el cierre perfecto a una historia que comenzó cuando ambos eran apenas unos niños en Rosario.











