El AS Mónaco puso fin a su mala racha de la forma más inesperada: derrotando al Paris Saint-Germain (1-0) en el Estadio Luis II y complicando seriamente el liderato de los de Luis Enrique. El conjunto monegasco, que venía arrastrando tres derrotas consecutivas y un evidente bajón competitivo, encontró su punto de inflexión con un gol de Takumi Minamino, suficiente para derribar a un PSG que jugó con demasiada complacencia hasta que ya era tarde para reaccionar.

Minamino castiga la pasividad parisina

El ritmo del PSG resultó sorprendentemente bajo para un equipo que venía de golear al Tottenham en la Champions League. Sin intensidad, sin fluidez y con una evidente desconexión entre líneas, los parisinos dejaron escapar una oportunidad de oro para abrir distancia en la cima de la Ligue 1.

El Mónaco, más concentrado y agresivo, avisó desde el inicio con varias acciones a balón parado lideradas por un imponente Mohammed Salisu, dominante tanto en el área propia como en la rival. El central tuvo dos oportunidades claras: un disparo raso que desvió Lucas Chevalier y, más tarde, un cabezazo al poste.

Incluso los locales llegaron a celebrar un gol de Salisu en un córner, pero la acción fue anulada por fuera de juego tras la revisión del VAR. Aun así, el PSG no despertó. Mantuvo su pasividad en el arranque del segundo tiempo, momento en el que llegó el 1-0 definitivo.

Un envío largo de Salisu hacia Aleksandr Golovin abrió la defensa parisina. El ruso centró raso al área y apareció Minamino para definir junto al poste, sin opción para Chevalier.

Superioridad numérica inútil y un final a contrarreloj

El Mónaco sufrió un revés en el minuto 80: Thilo Kehrer fue expulsado por una falta sobre Mbaye cuando este encaraba portería. Con un hombre más, el PSG por fin aceleró su juego, pero ya estaba atrapado en la urgencia y en la precipitación.

Ousmane Dembélé tuvo la ocasión más clara del empate, pero el portero finlandés Lukas Hradecky se lució con una intervención decisiva. El guardameta sostuvo al Mónaco en los minutos finales, asegurando un triunfo que vale muchísimo más que tres puntos: frena la crisis y vuelve a encender las aspiraciones europeas del club del Principado.

Para el PSG, la derrota deja su liderato en el aire. Si el Olympique de Marsella gana su partido ante el Toulouse, los de Luis Enrique perderán la cima de la clasificación.

El Mónaco, mientras tanto, vuelve a respirar. Y lo hace derrotando al campeón.