La noche más oscura de Antoine Griezmann: diez años después del horror en París
A una década de los atentados que sacudieron la capital francesa, la historia de Antoine Griezmann y su hermana Maud vuelve a tomar fuerza como uno de los relatos más estremecedores ligados al mundo del deporte. El 13 de noviembre de 2015, mientras el delantero disputaba un amistoso entre Francia y Alemania en el Stade de France, su hermana sobrevivía a la masacre de la sala Bataclan. Dos escenarios distintos, ambos convertidos en objetivos de los ataques terroristas que cambiaron el rumbo de un país entero.
En el estadio, el partido avanzaba sin que jugadores ni aficionados comprendieran el origen de las explosiones que retumbaban en los alrededores. Una de ellas sonó cuando Patrice Evra tenía la posesión del balón, desatando una reacción confusa en la grada, que aún ignoraba la magnitud de lo que ocurría. Los terroristas no lograron acceder al recinto y el encuentro siguió por orden de las autoridades, pese a que en el descanso los seleccionadores ya tenían información de la tragedia. Incluso el entonces presidente de la República, François Hollande, tuvo que ser evacuado inmediatamente del palco.
Antoine en el césped, Maud entre disparos
Mientras el hoy jugador del Atlético de Madrid era sustituido en el minuto 79 y terminaba el partido sin comprender lo que había sucedido fuera del estadio, Maud vivía su propia odisea dentro del Bataclan. Acorralada junto a cientos de personas, se tiró al suelo cuando los disparos comenzaron a inundar la sala. “Alguien a mi lado se movió y le dispararon. Después, los silencios eran peores. No sabías qué estaba pasando”, contó tiempo después.
Cuando las fuerzas de seguridad irrumpieron en el recinto, Maud aprovechó el caos para escapar por una salida trasera. Sin recordar del todo cómo, logró subir a un taxi y pedir al conductor que la llevara a casa. Aquella carrera, que hoy parece inverosímil, simbolizó su regreso a la vida en medio de la tragedia.
Una herida que no se cierra
Esa noche, la familia Griezmann vivió su propio infierno, aunque ambos lograron salir ilesos. En redes sociales, Antoine Griezmann escribió un mensaje que aún resuena: “Gracias a Dios, mi hermana ha podido salir del Bataclan. Todas mis oraciones están con las víctimas y sus familias. Viva Francia”. A pesar del paso del tiempo, el atacante rara vez se ha pronunciado públicamente sobre aquel episodio.
Maud, en cambio, decidió procesarlo desde la cercanía de los suyos. Sin apoyo psicológico profesional, encontró refugio en su entorno más íntimo. “Obviamente, te marca”, dijo en su momento. “Lo relativizo para seguir adelante, pero no quiero olvidar.”
Una década después, la memoria sigue viva. Y la historia de los Griezmann permanece como recordatorio de un día en el que el fútbol, por un instante, dejó de importar por completo.












