Un apellido que pesa, pero no lo frena

Crecer con el apellido de Ronaldinho no es un desafío menor. La sombra del astro brasileño, uno de los jugadores más talentosos de la historia, podría convertirse en una carga para cualquier joven futbolista. Pero Joao Mendes, extremo de 20 años del Hull City, lo tiene claro:

“Yo soy yo y él es él”.

El brasileño, que pasó por La Masia y por la academia del Burnley, firmó hace unos meses con los “Tigers” un contrato de un año con el objetivo de dar un impulso definitivo a su carrera. Y desde su llegada, insiste en marcar distancia entre su identidad como jugador y el legado de su padre.

Un desarrollo lejos del ruido mediático

En declaraciones a la BBC, Joao Mendes explicó que, a pesar de las comparaciones inevitables, no siente ninguna presión por su parentesco:

“Es normal que me vean como su hijo, pero eso no me afecta ni a mí ni a mi forma de jugar”.

Su enfoque está puesto exclusivamente en su crecimiento como futbolista. Reconoce que su adaptación al Hull City no ha sido sencilla, especialmente en términos físicos, pero asegura estar trabajando diariamente para ganarse un puesto en el primer equipo.

“Cuando llegué, mi nivel físico no era el adecuado, pero estoy trabajando en ello. Los entrenadores lo entienden y me ayudan mucho”.

Un camino distinto al de Ronaldinho

A diferencia de su padre, que a los 20 ya deslumbraba en Gremio rumbo a convertirse en un fenómeno mundial, Joao Mendes avanza paso a paso, sin prisa y sin dejarse arrastrar por las expectativas. Ha vivido experiencias en academias de élite, pero aún no ha dado el salto al fútbol profesional de primer nivel.

Lo que sí ha dejado claro es su objetivo inmediato: consolidarse en el Hull City y demostrar, desde su propio estilo, que su carrera no depende de herencias futbolísticas.

A sus 20 años, Mendes continúa trabajando para cumplir su sueño lejos de la comparación constante con Ronaldinho, un peso tan injusto como inevitable, pero que él ha aprendido a transformar en motivación.