Una vida con cuidados extremos en Gland

Michael Schumacher reside en Gland (Suiza), en una casa transformada en un centro médico de alta tecnología con atención 24/7 📍. Esta adaptación responde también a los intentos de extorsión que ha sufrido a lo largo de estos años.

Comunicación apenas “un parpadeo”

La interacción de Schumacher con su familia se limita hoy al movimiento de ojos para responder sí/no. Es la única vía que le permite emitir señales conscientes. Así lo reveló Elisabetta Gregoraci, exesposa de Flavio Briatore, y lo confirmó el periodista Felix Gorner: ya no puede hablar ni comunicarse verbalmente.

Círculo íntimo de visitas selectas

Su esposa Corinna ha creado un entorno hermético: solo un grupo de unas veinte personas —principalmente profesionales de salud— puede visitarlo. Entre quienes pueden entrar, destacan Jean Todt, Ross Brawn y Gerhard Berger, quienes mantienen una conexión íntima con el expiloto.

Estrés y protección: por qué se tomó esta decisión

La tragedia paralizó no solo su cuerpo, sino también su privacidad. La residencia con todas las comodidades médicas y seguridad extrema busca protegerlo de la presión mediática y amenazas externas. Corinna apuesta por un enfoque terapéutico familiar que lo mantenga “presente” emocionalmente .

El legado intacto

Aunque su estado actual sea delicado, su estatus como uno de los más grandes de la F1 es indiscutible. A 11 años del accidente, su leyenda sigue viva —su hijo Mick lo recuerda como inspiración y desafío— y la familia asegura: “Michael está aquí, de manera diferente, pero está”.