Cuando Oklahoma City cayó 97–81 ante Milwaukee en la final de la NBA Cup 2024, destacó como una de las pocas noches en que los Thunder fueron claramente superados durante una temporada regular de 68–14.

El triple-doble de Giannis Antetokounmpo y la lluvia de triples de los Bucks expusieron a un joven grupo de OKC que admitió no haber igualado completamente la intensidad del momento en Las Vegas.

Gilgeous-Alexander describió más tarde esa derrota como un modelo de lo que no se debe hacer, diciendo que los Thunder “obtuvieron la fórmula para perder” y que se dieron cuenta de que el talento y la estrategia significan poco si un equipo no aporta suficiente concentración y garra en un partido único. Esa autoconciencia se convirtió en un tema de su camino hacia el título, donde OKC respondió repetidamente a los contratiempos con una ejecución más precisa y mayor urgencia tras cada derrota.

Del dolor de la NBA Cup a un dominio histórico

Armados con esa lección, los Thunder convirtieron el resto de la temporada 2024–25 en una demostración sostenida de madurez más allá de su edad. Comenzaron la temporada siguiente con un récord de 24–1 y terminaron finalmente con 68–14, para luego registrar 16–7 en los playoffs y entregar el primer campeonato de la franquicia desde su traslado desde Seattle.

Su respuesta tras las derrotas se volvió especialmente notable, ya que OKC igualó a los Lakers de 1986–87 con uno de los mejores registros tras una derrota en la historia de la liga y rara vez perdió partidos consecutivos. El nivel de juego de MVP de Gilgeous-Alexander y la capacidad de los Thunder de reforzar la defensa y ejecutar en los momentos finales de partidos ajustados trazaron una línea directa hacia la urgencia que el equipo sintió que le había faltado en la noche de la NBA Cup en Las Vegas.

Liderazgo de SGA y el próximo desafío

Gilgeous-Alexander ha presentado la experiencia de la NBA Cup como un ensayo para la presión y la imprevisibilidad de los playoffs, especialmente para una plantilla que todavía está aprendiendo a ganar en el escenario más grande. Destacó que la derrota ante los Bucks mostró a los Thunder que debían llegar a cada partido de alto riesgo con una mentalidad de playoffs mucho antes de que el informe de scouting o la efectividad en los tiros entraran en juego.

Ahora, mientras Oklahoma City busca un regreso a la final de la NBA Cup y defiende su campeonato, los Thunder ven el torneo de mitad de temporada tanto como un trofeo por conquistar como un campo de entrenamiento para mantenerse afilados de cara a junio. Para Gilgeous-Alexander, el camino desde la decepción en Las Vegas hasta levantar el Trofeo Larry O’Brien se ha convertido en la prueba de que un fracaso bien aprovechado puede ser el último ingrediente para una carrera hacia el título.