Con la victoria de los Lakers por 112–108 en Filadelfia, LeBron registró su triunfo número 1,015 en temporada regular, superando al miembro del Salón de la Fama Robert Parish y quedando en solitario en el segundo lugar de la lista de victorias de todos los tiempos de la NBA.

El único jugador por delante de él ahora es el también legendario de los Lakers, Kareem Abdul-Jabbar, quien terminó con 1,074 victorias, una marca que alguna vez pareció intocable para un jugador exterior.

El ascenso de James se debe tanto a la longevidad como al dominio. Ya posee el récord histórico de puntos y ahora, en su temporada 23, sigue acumulando victorias a una edad en la que la mayoría de los grandes ya se han retirado. Esa combinación de producción, durabilidad y éxito en equipo lo ha colocado en un vecindario histórico compartido solo por los campeones más perdurables del deporte.

Rendimiento clásico de cierre en Filadelfia

El hito no llegó en tiempo de basura. James ofreció una actuación clásica de cerrador, sumando 29 puntos con siete rebotes y seis asistencias mientras los Lakers remontaban un déficit de dos dígitos ante un Sixers saludable. Anotó 10 puntos consecutivos en el cuarto periodo, incluyendo un triple desde larga distancia y un difícil tiro en suspensión con paso atrás en los últimos 90 segundos para sellar el resultado.

Esos minutos finales llegaron apenas un juego después de una rara noche de puntuación de un solo dígito y poco después de haber descansado por problemas en el pie izquierdo, lo que subraya cómo sigue manejando su cuerpo mientras todavía despliega ráfagas de nivel máximo.

Para un jugador que ahora enfrenta a rivales que aún no habían nacido cuando debutó en 2003, esa capacidad de cambiar un partido en los momentos finales sigue siendo central para las ambiciones de los Lakers.

Qué dice este récord sobre su legado

Al optar por jugar una temporada 23, récord en sí mismo, James ya aseguró un lugar único en la historia de la liga, convirtiéndose en el primero en jugar tantos años y posicionándose para desafiar también los récords de más partidos disputados.

Sumar el segundo lugar en la lista de victorias de todos los tiempos, además de sus récords de anotación, All-Star y playoffs, refuerza el argumento de que el impacto de su carrera se extiende a más categorías estadísticas que el de cualquier jugador antes que él.

James ha hablado a menudo sobre honrar a los pioneros que “abrieron el camino”, y ahora su propio camino se está convirtiendo en el estándar para la próxima generación de estrellas que buscan tanto cifras como longevidad.

Ya sea que finalmente alcance a Abdul-Jabbar en victorias totales o no, el hito logrado contra Filadelfia refuerza una realidad simple: la liga sigue viviendo en una era moldeada, noche tras noche, por LeBron James.