La preocupación se instaló en el Atlético de Madrid y en la selección eslovena. Jan Oblak, capitán nacional e indiscutible bajo palos para el conjunto rojiblanco, quedó descartado para el duelo del martes ante Suecia, después de que sus molestias físicas empeoraran tras el partido contra Kosovo.

La Federación de Fútbol de Eslovenia lo confirmó este domingo y anunció la convocatoria de Martin Turk como reemplazo inmediato. La ausencia del guardameta no solo deja un hueco enorme en el plano deportivo, sino que enciende las alarmas sobre su estado físico a pocos días de que el Atlético regrese a la acción en LaLiga.

Un golpe inesperado para Eslovenia

Oblak completó los 90 minutos frente a Kosovo, un encuentro en el que Eslovenia quedó matemáticamente fuera de la carrera hacia el Mundial 2026. Tras el pitido final, la situación del guardameta dio un giro negativo.

“La lesión ha empeorado. Creo que alguien más estará en la portería en Estocolmo, pero espero que no sea nada grave y que Jan pueda volver pronto. Su papel es enorme para este equipo”, explicó el técnico Matjaz Kek, dejando claro el impacto emocional y futbolístico que supone perder a su capitán.

El Atlético, atento a su evolución

Descartado para la visita a Suecia, Oblak regresará a Madrid para iniciar tratamiento y someterse a nuevas valoraciones. Su disponibilidad para el duelo del próximo domingo ante el Getafe, en el Coliseum, queda ahora en duda.

El portero ha sido una pieza insustituible para el Atlético durante años, y su estado físico preocupa tanto por su rol estructural como por el momento clave de la temporada. Con el equipo rojiblanco peleando en la parte alta, cualquier contratiempo con Oblak es más que un susto: es un problema mayor.

El club seguirá su evolución día a día, aunque en el Metropolitano cruzan los dedos para que esta lesión no vaya más allá de lo esperado. La importancia de Oblak no se mide solo en paradas; se mide en liderazgo, estabilidad y jerarquía. Y hoy, todas esas virtudes están en pausa.