Un triunfo que tocó fibras personales

La imagen de Ousmane Dembélé levantando el Balón de Oro 2025 fue uno de los momentos más recordados del año.

Para la mayoría, simbolizó el regreso triunfal de un talento que muchos daban por perdido. Pero para Dayot Upamecano, compañero de selección y amigo de la infancia, fue algo mucho más profundo.

En una entrevista con Le Parisien, el defensor del Bayern Múnich confesó lo que vivió al ver a su amigo recoger el trofeo que lo acredita como el mejor jugador de la temporada.

“No tengo palabras. Todos sabíamos que se iba a convertir en un gran jugador, pero aún así... Cuando lo vi levantar el Balón de Oro, se me saltaron las lágrimas.”

De la promesa al renacimiento

Los 35 goles y 16 asistencias de Dembélé en la temporada pasada impulsaron al Paris Saint-Germain hacia un Triplete histórico, incluyendo la primera Champions League del club.

Una campaña que cambió por completo la percepción sobre su carrera y lo llevó a superar en la votación al blaugrana Lamine Yamal y a su compañero Vitinha.

Upamecano recordó que no pudo asistir a la ceremonia, pero siguió cada instante desde la distancia:

“Debería haber estado allí, pero no pude. Verlo agradecer a su madre, a su familia, a sus amigos, a Moustapha... Fue un momento maravilloso.”

Un camino compartido

Ambos crecieron juntos en Francia, compartiendo sueños que parecían imposibles. Hoy, Dembélé es campeón de Europa y Balón de Oro, mientras Upamecano brilla en la Bundesliga, orgulloso de ver cómo su amigo de infancia conquistó el mundo.

Más allá de la rivalidad entre clubes o selecciones, la historia entre ambos demuestra que el éxito también puede ser compartido.

A veces, las lágrimas son el reflejo más sincero de la amistad y la admiración.