Una eliminación que duele más de lo que parece

El sueño de Nigeria de llegar al Mundial 2026 terminó de manera desgarradora. Y con ese golpe apareció una pregunta incómoda: ¿esta generación de los Super Eagles acaba de perder su última oportunidad de llegar a la máxima cita del fútbol?

El repechaje africano en Rabat dejó una de las noches más emotivas en años para el fútbol nigeriano. El 1-1 ante la República Democrática del Congo obligó a definir todo desde los once pasos, donde el equipo cayó 4-3 y se despidió del torneo ampliado.

El inicio había sido prometedor. A los tres minutos, Frank Onyeka aprovechó un error defensivo para adelantar a Nigeria. Pero los Leopardos respondieron con determinación y Meschack Elia firmó el empate al 32’ tras una jugada colectiva que desarticuló la defensa.

A partir de ahí, el partido fue un duelo tenso. Nigeria manejó la pelota, pero sin precisión en los últimos metros. El Congo buscó sorprender en transiciones que nunca encontraron profundidad. En la prórroga, el cansancio dominó y el destino quedó en manos de los penales.

Ahí, el Congo fue más certero. Cuatro aciertos contra dos fallos nigerianos sellaron una derrota que dejó cicatrices profundas.

Una generación que empieza a quedarse sin tiempo

Quedar fuera del Mundial ya es un golpe. Pero lo que viene detrás preocupa aún más: varias figuras nigerianas estarán ya en plena treintena cuando llegue 2030, reduciendo sus posibilidades reales de volver a un Mundial.

Edades proyectadas en 2030:

• Victor Osimhen — 31
• Alex Iwobi — 34
• Wilfred Ndidi — 33
• Calvin Bassey — 30
• Semi Ajayi — 36
• Ademola Lookman — 32
• Samuel Chukwueze — 31
• Frank Onyeka — 32
• Moses Simon — 34
• Chidera Ejuke — 32
• Stanley Nwabali — 33

Para muchos, este ciclo rumbo a 2026 era la última ventana real para jugar un Mundial. La derrota podría simbolizar el cierre definitivo de una generación talentosa, emocionante, pero insuficiente en los momentos decisivos.

¿Y ahora qué para los Super Eagles?

El panorama es claro: Nigeria debe reconstruirse. La transición hacia una nueva base es inevitable, y el desafío será renovar sin perder competitividad.

El dolor es profundo, pero el talento sigue ahí. La gran duda es si los Super Eagles podrán rejuvenecer a tiempo para evitar otra ausencia dolorosa en 2030.