¿Cuál fue el último Mundial que jugó Italia?
Italia, cuatro veces campeona del mundo, vive desde hace casi una década una realidad que parecía imposible para una potencia histórica: lleva dos Mundiales consecutivos sin participar.
Para encontrar su última aparición en la Copa del Mundo, hay que viajar atrás hasta Brasil 2014, el torneo que marcó el inicio de su crisis moderna.
Brasil 2014: el Mundial que encendió las alarmas
La última vez que Italia pisó un Mundial terminó de la peor manera: eliminada en fase de grupos.
Compartió sector con Uruguay, Costa Rica y Inglaterra, un grupo que en el papel parecía accesible, pero que terminó convirtiéndose en uno de los más impredecibles del torneo.
La Azzurra arrancó con esperanza, derrotando 2-1 a Inglaterra gracias a los destellos de Andrea Pirlo y el gol de Mario Balotelli, pero todo se vino abajo en los dos partidos siguientes.
- 0-1 ante Costa Rica, la gran revelación del torneo.
- 0-1 ante Uruguay, en un duelo recordado por la expulsión de Marchisio y el mordisco de Luis Suárez a Chiellini.
Ese derrumbe dejó a Italia tercera de grupo y fuera del Mundial de forma dolorosa. Era la segunda eliminación consecutiva en fase de grupos tras Sudáfrica 2010, pero nadie imaginaba que el verdadero abismo vendría después.

Una ausencia que se volvió pesadilla: 2018 y 2022
Tras Brasil 2014, la Azzurra tocó fondo:
- No clasificó a Rusia 2018, cayendo en repechaje ante Suecia.
- No clasificó a Qatar 2022, quedando fuera por sorpresa ante Macedonia del Norte.
La selección italiana, que alguna vez fue sinónimo de solidez, mentalidad y competitividad, se convirtió en la gran ausente del fútbol mundial.
Para una nación que respira calcio, ver dos Mundiales desde casa fue un golpe generacional.
Diez años sin un Mundial: la necesidad de reconstruir
Brasil 2014 no es solo un recuerdo: es una herida abierta.
Italia lleva 10 años sin disputar un partido mundialista, un vacío inexplicable para una selección que ganó el torneo en 2006, que tiene algunos de los mejores talentos de Europa y que sigue siendo un gigante cultural del deporte.
Esa década perdida explica la urgencia actual: el repechaje hacia 2026 no es simplemente una eliminatoria más, sino una batalla por recuperar identidad, prestigio e historia.













