Una imagen que se volvió viral

El Manchester City tomó una drástica decisión tras un hecho insólito ocurrido durante el último derbi de Manchester, en el que los Sky Blues golearon 3-0 al Manchester United con doblete de Erling Haaland y un tanto de Phil Foden. Un camarero fue sorprendido trabajando en el Etihad Stadium vistiendo la camiseta de los Red Devils, algo que rápidamente se viralizó en redes sociales.

La fotografía del empleado sirviendo bebidas con la camiseta del eterno rival corrió como pólvora en plataformas digitales, lo que generó gran polémica entre los aficionados del City. El club no tardó en reaccionar y, mediante un comunicado en redes sociales, confirmó que había “removido a esta persona de su puesto”, agradeciendo además el aviso de quienes reportaron la situación.

Debate sobre la imparcialidad en el trabajo

El episodio no tardó en abrir un debate sobre los límites de la imparcialidad en el entorno laboral vinculado al deporte. La semana pasada, un juez especializado en asuntos laborales en Croydon, Londres, señaló en un juicio que una empresa puede decidir no contratar a un trabajador “ferviente” seguidor del Tottenham Hotspur si la oficina en la que trabajaría está “llena de aficionados del Arsenal”, con el objetivo de preservar la armonía del ambiente laboral.

El juez Daniel Wright explicó: “Hay ocasiones en las que una empresa puede decidir con toda la legalidad que alguien no encajará bien en el equipo y que, por lo tanto, será difícil que se trabaje en conjunto. Un ejemplo puede ser una oficina pequeña en la que todos son fervientes aficionados del Arsenal y la empresa prefiere contratar a un seguidor del mismo club por encima de un hincha del Tottenham, aun teniendo las mismas capacidades, para no romper la armonía”.

Sin embargo, en este caso no se trató de una contratación, sino de un despido por un hecho que se produjo en pleno estadio y en un contexto altamente sensible: un derbi donde la rivalidad entre City y United es una de las más intensas del fútbol inglés.

El incidente refleja cómo la pasión por los colores puede cruzar fronteras laborales y generar consecuencias inmediatas en el mundo del fútbol, donde la identidad de los clubes suele estar por encima de cualquier circunstancia.