Este miércoles en Blundell Park se escribió uno de los capítulos más humillantes para el Manchester United. Un Grimsby Town combativo logró empatar 2-2 en los 90 minutos y ganar 12-11 en la tanda de penales, dejando al mundo del fútbol estupefacto.

La debacle comienza temprano y el empate late emociona

El partido se torció para el United muy pronto. Charles Vernam inauguró el marcador con un disparo certero dentro del área, mientras que Tyrell Warren, ex juvenil del club, amplió la ventaja tras un grave error de André Onana en la salida. Con un 2-0 al descanso, parecía que todo estaba controlado para los locales.

Sin embargo, Bryan Mbeumo redujo la diferencia al minuto 75, inyectando vida a un Manchester que parecía roto. La fe se convirtió en acción cuando, ya en tiempo agregado, Harry Maguire conectó un potente cabezazo para nivelar el marcador y forzar la tanda de penales.

Un desenlace de ensueño... para Grimsby

La tanda de penales fue pura locura, con alternancia incansable en el marcador y nervios al límite. Finalmente, Grimsby Town se impuso por 12-11, consumando un triunfo épico e histórico. El simple hecho de llegar a los penales ya había superado cualquier expectativa, pero conseguir la victoria ante uno de los clubes más laureados de Inglaterra eleva esta hazaña al ámbito de la leyenda.

Un golpe emocional y reflexión urgente en Old Trafford

Esta eliminación no es un tropiezo cualquiera: es una afrenta a la grandeza del club y un duro llamado de atención. La hinchada expresó su indignación en redes, exigiendo explicaciones y cambios urgentes. Para el cuadro dirigido por Rúben Amorim, el golpe duele no solo por el resultado, sino por la identidad competitiva que parece desvanecerse.

Noche para el recuerdo en Cleethorpes

En contraste, Grimsby Town celebra lo que ya es un hito imborrable. Tras el pitazo final, la euforia fue total: los aficionados locales invadieron el campo para festejar junto a sus héroes una clasificación que jamás olvidarán.