Dobles amarillas y falta de control en el campo

El primer golpe duro para Real Madrid llegó al minuto 64, cuando Fran García recibió su segunda tarjeta amarilla en muy poco tiempo. La razón: cometió dos faltas consecutivas sobre jugadores de Celta que el árbitro consideró antirreglamentarias, lo que le valió el camino directo hacia los vestuarios. Con esa decisión, el conjunto blanco se quedó con diez hombres cuando el marcador ya favorecía al rival.

Ese momento marcó un punto de inflexión: la desigualdad numérica alteró por completo los planes de juego de Real Madrid, obligándolos a replantear su estrategia y perder gran parte de su dominio territorial y alternatives ofensivas. El desgaste comenzó ahí.

Protestas, descontrol y expulsión final para Carreras

Cuando ya era complicado remontar, la situación emocional del equipo se tensó aún más. Hacia los minutos finales del partido, Álvaro Carreras vio la segunda amarilla por una actitud ofensiva hacia el árbitro: según el acta, se dirigió al colegiado diciéndole “eres malísimo” tras una decisión que lo indignó. Esa expresión derivó en tarjeta roja directa, dejando a Real Madrid con nueve jugadores.

Lo que comenzó como frustración por el desarrollo del encuentro terminó en expulsión definitiva. La reacción de Carreras fue considerada una falta grave de respeto al árbitro, lo que no admite discusión: el reglamento sanciona ese tipo de conductas.

Con dos jugadores menos en campo, la derrota no solo fue inevitable — también fue una lección táctica y disciplinaria para el equipo. Lo que pudo ser una remontada se convirtió en un colapso emocional y numérico.

Consecuencias: victoria de Celta, crisis madridista y sanciones en puerta

La expulsión de Fran García y Carreras no fue un incidente aislado: condicionó todo el partido. Con inferioridad numérica, Celta de Vigo aprovechó para imponer su juego, ganar espacios y finalmente sellar el marcador con un doblete de Williot Swedberg. El 0–2 final no solo significó una derrota dolorosa para Real Madrid, sino una caída abrupta de moral, disciplina y orden táctico. 

Por su parte, Carreras —y muy probablemente Fran García— enfrentarán sanciones adicionales por su comportamiento y acumulación de tarjetas. Este tipo de decisiones disciplinarias pesan como pocas en la definición de una temporada.