El piloto japonés Yuki Tsunoda protagonizó un impactante accidente durante la sesión de clasificación del Gran Premio de Emilia-Romaña 2025 en el circuito de Imola. A pesar de la violencia del incidente, el corredor de Red Bull Racing salió ileso, evidenciando una vez más la efectividad de las medidas de seguridad en la Fórmula 1.

Un vuelco que paralizó Imola

En los primeros minutos de la Q1, Tsunoda perdió el control de su monoplaza al tomar la curva Villeneuve. El auto se desestabilizó, volcó y cayó con fuerza en la zona de grava, quedando momentáneamente boca abajo antes de volver a su posición normal. El golpe fue tan fuerte que la sesión fue detenida de inmediato con bandera roja para atender al piloto y limpiar la pista.

Afortunadamente, Tsunoda logró salir por su cuenta del vehículo y fue trasladado al centro médico del circuito para una revisión de rutina. El equipo confirmó que no sufrió lesiones, aunque el monoplaza resultó gravemente dañado.

La seguridad en la Fórmula 1, a prueba

El accidente volvió a poner en evidencia la importancia de los sistemas de seguridad implementados por la categoría, como el sistema Halo, fundamental para proteger la cabeza del piloto en situaciones de alto riesgo. También destacó la rápida acción de los comisarios y del equipo médico en pista, quienes llegaron en segundos al lugar del incidente.

Este nuevo susto se suma a otros momentos delicados vividos durante la temporada, recordando lo extremo que puede llegar a ser este deporte y la necesidad permanente de seguir innovando en protección.