Shaquille O’Neal, uno de los jugadores más dominantes en la historia de la NBA y cuatro veces campeón con Los Angeles Lakers, está afrontando un nuevo desafío muy alejado de las canchas de baloncesto: el ring de boxeo.

El jugador de 53 años aceptó recientemente un desafío público de Charlie Mack, una figura musical y cultural de Filadelfia y exguardaespaldas del actor Will Smith.

El enfrentamiento propuesto surge de una disputa de larga data que se remonta a varios años atrás, cuando en un incidente en Dallas O’Neal supuestamente intentó colarse en la fila de una firma de autógrafos, lo que llevó a Mack a darle un “golpe en el cuello” para hacerlo retroceder.

En redes sociales, Shaq respondió con su característico humor y confianza, reconociendo el golpe en el cuello como la razón por la que “habla tan raro” y declarando que está listo para la “hora de la revancha”.

“Dime hora y lugar, y ahí estaré”, dijo O’Neal, bromeando que “Diesel no le huye a nadie” y advirtiendo a Mack que revise su historial policial, reforzando así su imagen intrépida.

No es la primera incursión de Shaq en el boxeo

Esta no es la primera experiencia de O’Neal en el boxeo. En 2009 y 2010, participó en combates de exhibición de alto perfil contra los campeones Oscar De La Hoya y Shane Mosley como parte de su serie de telerrealidad, Shaq Vs.

Aunque perdió ambos combates, sus esfuerzos le ganaron el cariño de los aficionados por su actitud entretenida y valiente. Su actual desafío con Mack continúa la tradición de O’Neal de asumir retos únicos fuera de su carrera en el baloncesto, mostrando su espíritu competitivo y su disposición a probar nuevas experiencias pese a la edad.

¿Qué le espera?

No se ha anunciado una fecha ni un lugar oficiales para el combate de boxeo, aunque según informes, los promotores están trabajando para ultimar los detalles y organizar lo que se perfila como un choque de “peso superpesado” entre dos hombres físicamente imponentes.

Tanto Shaq como Mack pesan alrededor de 300 libras y miden más de seis pies de altura, lo que garantiza un enfrentamiento emocionante para los aficionados ansiosos por ver cómo se desenvuelve la leyenda del baloncesto en esta nueva arena.

La disposición de Shaq a aceptar el desafío lo mantiene en el centro de atención y resalta su personalidad gigante, que ha trascendido continuamente el ámbito deportivo.

Si este combate se convertirá en un momento definitorio de su carrera post-baloncesto o simplemente en otro capítulo entretenido, aún está por verse, pero hay algo seguro: el espíritu competitivo de Shaquille O’Neal sigue ardiendo con fuerza.