Después de varias semanas marcadas por lesiones y rotación en la plantilla, los Los Angeles Lakers han dejado una lectura contundente: incluso sin su nueva estrella, Luka Doncic, el equipo de JJ Redick es capaz de brillar y ganar con autoridad. La última muestra llegó con un triunfo por 115-123 ante los sorprendentes Portland Trail Blazers, una victoria que mantiene el arranque favorable en la Conferencia Oeste con récord de 6-2.

Ayton y Hachimura cargan con la ofensiva angelina

Sin el ex Real Madrid, ausente por descanso tras su regreso de lesión, y también sin Austin Reaves por molestias musculares, la responsabilidad ofensiva cayó sobre otras figuras. Ahí apareció un sólido Deandre Ayton, quien dominó la pintura con 29 puntos y 10 rebotes, firmando una noche de eficiencia absoluta con 14 de 19 en tiros de campo.

Junto a él, Rui Hachimura siguió demostrando que puede ser una pieza diferencial. El japonés aportó 28 puntos y se convirtió en una de las principales amenazas exteriores del equipo. Por parte de los Blazers, el máximo anotador fue Deni Avdija con 33 puntos, mientras que Shaedon Sharpe y Jerami Grant colaboraron desde la ofensiva, aunque sin suficiente apoyo para frenar el empuje angelino.

La irrupción de Nick Smith Jr. cambia el guion

Pero la gran historia de la noche fue la aparición del joven Nick Smith Jr. El guardia de 21 años saltó desde la banca para convertirse en un factor decisivo, firmando 25 puntos con 5 de 6 en triples, incluyendo dos dagas clave en los minutos finales. Llegado con un contrato dual tras no encontrar continuidad en Charlotte Hornets, Smith Jr. ha empezado a ganarse un lugar real en la rotación.

Este triunfo significó ya la tercera ocasión en la que los Lakers ganan sin Doncic esta temporada, lo que alimenta el debate sobre su rol tras el traspaso que involucró a Anthony Davis y modificó por completo la estructura del plantel.

¿Mensaje para Luka?

El conjunto angelino mostró carácter, resistencia y un notable espíritu colectivo para remontar momentos adversos del partido. Aunque Luka Doncic es la gran apuesta del proyecto, noches como esta alimentan la pregunta inevitable: ¿los Lakers pueden ganar sin depender de él?

El próximo reto será sostener este ritmo cuando el esloveno esté disponible y la rotación vuelva a estar completa. Por ahora, el mensaje emitido desde la duela parece tan claro como incómodo: en Los Ángeles, nadie es imprescindible.