José The Best, el alma y la magia detrás de Premier Padel
En el mundo del Premier Padel, donde brillan figuras internacionales y se escriben nuevas páginas de historia deportiva, hay un personaje que se roba la atención sin necesidad de raqueta. Se trata de José The Best, el hombre que desde hace más de diez años se encarga de limpiar los cristales de las pistas, pero que con el tiempo transformó su oficio en un auténtico espectáculo que hoy lo convierte en una de las caras más reconocidas del circuito.
Un showman inesperado
Lejos de ser un simple trabajador, José ha construido un personaje que entretiene y conecta con el público. Con récords personales que incluyen limpiar una pista en apenas un minuto y diez segundos, sus intervenciones en los partidos han pasado de ser una labor técnica a un show lleno de carisma y complicidad con los aficionados.

“Al principio no me di cuenta de lo que generaba, fue el público quien me lo hizo notar. Me llamaban crack y me animaban tanto que acabé creyéndomelo. A partir de ahí, lo convertimos en un espectáculo y la gente se lo pasa increíble”, confesó en una entrevista.
Su inseparable caja de herramientas es parte de la leyenda: siempre lleva dos juegos, uno en la maleta facturada y otro en su equipaje de mano, para asegurarse de que, pase lo que pase, nunca le falten los instrumentos que necesita para su trabajo.
Nervios, viajes y pasión por la gente
Aunque su presencia transmite seguridad y buen humor, José reconoce que antes de entrar a cada pista siente nervios intensos: “Lo paso fatal hasta que me suelto y empiezo a divertirme, pero al inicio me da mucho miedo”. Sin embargo, una vez en acción, todo se transforma en energía positiva que contagia a jugadores y aficionados.
En una demostración rápida explicó los secretos básicos de su técnica: mojar, secar y mantener la velocidad sin volver a ensuciar lo ya limpio. Sencillo en apariencia, difícil en la práctica, como descubren quienes intentan imitarlo.
Tras una década recorriendo pistas alrededor del mundo, José asegura que lo más valioso no son los récords ni la fama, sino el contacto humano: “Lo mejor es relacionarme con la gente, compartir momentos fuera de la pista. Eso es lo que me llena y lo que me motiva a seguir. Si no, esto sería solo un trabajo”.
Hoy, José The Best es mucho más que un limpiador de cristales: es parte del espectáculo, un símbolo de pasión y entrega que demuestra que, en el deporte, la magia puede estar también en los detalles más inesperados.