El 2022 marcó un antes y un después en la vida de Brittney Griner. La estrella de la WNBA fue arrestada en Rusia después de que las autoridades encontraran una cantidad mínima de aceite de hachís, en su equipaje. Este incidente se produjo mientras Griner estaba en Rusia para jugar en el UMMC Ekaterinburg durante la temporada baja de la WNBA, un viaje que había hecho en numerosas ocasiones sin problemas previos.

Cinco meses después de su arresto, Griner fue juzgada y se declaró culpable el mismo día de su juicio. Aunque intentó explicar que no tenía intención de romper la ley, fue condenada a nueve años de prisión y a una multa de un millón de rublos, alrededor de 16.000 dólares.

Griner fue trasladada a un centro penitenciario en la región de Mordovia tras su condena. Durante su encarcelamiento, su familia y el gobierno de Estados Unidos trabajaron arduamente para asegurar su liberación. Finalmente, el 8 de diciembre de 2022, Griner fue liberada en un intercambio de prisioneros entre ambos países. 

Al regresar a la WNBA en mayo de 2023, Griner recibió una cálida bienvenida. Con Taurasi destacando la magnitud del regreso de Griner: "Aunque en la cancha es una fuerza imponente, Brittney tiene un corazón generoso. Ella se preocupa por los demás, y eso es lo que ha generado tanto apoyo hacia ella".

Diana Taurasi, amiga cercana y compañera de equipo, describe el impacto de esta experiencia en Griner: "Lo que ha atravesado Brittney en los últimos dos años es algo que no se puede comparar. Verla de nuevo con la camiseta de su equipo en la ceremonia de apertura es realmente conmovedor. Estoy profundamente conectada con ella y sé que está llena de gratitud".

El clímax de su notable trayectoria llegó en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde Griner y el equipo femenino de baloncesto de Estados Unidos se llevaron la medalla de oro. Este triunfo no solo marcó la décima medalla de oro consecutiva para el equipo estadounidense, sino que también fue la tercera medalla de oro consecutiva para Griner. 

El oro olímpico de Paris 2024 tiene un sabor diferente pues no es solo la tercera presea para Griner, sino un símbolo de su increíble fortaleza y perseverancia tras pasar por una situación única que le impidió disfrutar lo que más amaba, el basquetbol. Ahora asciende al Olimpo por tercer vez y escribe su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos.