Rafa Márquez toma la Selección Mexicana

La Federación Mexicana de Futbol hizo oficial uno de los movimientos más esperados, y al mismo tiempo más polémicos, de los últimos años: Rafa Márquez será el nuevo entrenador de la Selección Mexicana tras el Mundial 2026. La confirmación vino directamente del presidente ejecutivo de la FMF, Ivar Sisniega, quien ratificó que el plan estaba firmado desde hace tiempo y simplemente esperaba el momento oportuno para revelarse.

El actual asistente de Javier Aguirre asumirá el mando del Tri rumbo al proceso mundialista 2030, cumpliendo así una transición que muchos consideraban inevitable. No es cualquier nombre: Márquez, multicampeón con el FC Barcelona, figura histórica de México y uno de los líderes más influyentes en la historia del Tri, regresa ahora con el objetivo más grande de todos: reconstruir una Selección urgida de identidad.

La decisión llega a que México apostará por su propia leyenda para corregir rumbos, modernizar procesos y darle continuidad a un proyecto que busca dejar atrás años de incertidumbre.

La apuesta por la identidad: por qué Márquez y por qué ahora

La FMF no tardó en explicar el motivo detrás del nombramiento. Según Sisniega, “así está plasmado en el contrato”, dejando claro que el relevo siempre estuvo pactado. Márquez terminará su etapa como auxiliar de Aguirre después del Mundial 2026 y tomará control absoluto del banquillo tricolor.

La figura del exdefensa tiene un peso que va más allá de su trayectoria como jugador. Se le reconoce por su disciplina, liderazgo, lectura táctica y su capacidad para moldear talento joven, un aspecto clave considerando que el plan para 2030 incluye una renovación generacional profunda.

Además, Márquez ya inició labores de scouting, asistiendo al Mundial Sub-20 en Chile y siguiendo de cerca a los futbolistas que podrían integrar sus primeras convocatorias. Su trabajo silencioso anticipa un proyecto estructurado y enfocado en el desarrollo.

Reuniones, promesas y una cláusula millonaria

Detrás de esta transición existió coordinación intensa entre Rafa Márquez, Javier Aguirre y Duilio Davino, director de selecciones varoniles. Sisniega confirmó reuniones recientes para definir el cuerpo técnico, la estrategia de trabajo y la visión del proyecto.

Incluso trascendió que Márquez incluyó una fuerte cláusula contractual que blindaba su llegada al cargo principal. Es decir, su ascenso no dependía de resultados o escenarios alternativos: la FMF había prometido cumplirle.

Para Márquez, el reto es tan grande como su legado. Él mismo lo advirtió en 2024:
“Si hago un gran papel, no tengo duda de que puedo tener una oportunidad en el Barcelona.”

México 2026: un Mundial decisivo y la antesala del cambio

Mientras Aguirre prepara al equipo para el Mundial 2026, la FMF ya visualiza el siguiente capítulo. México compartirá el Grupo A con Sudáfrica, Corea del Sur y el ganador del repechaje entre Dinamarca, Macedonia, República Checa e Irlanda.

Ese torneo será el examen final del Vasco… y el punto de partida para Márquez.

La preparación incluye una serie de amistosos internacionales, giras y duelos de alta exigencia frente a selecciones como Portugal, Bélgica, Islandia y posiblemente rivales similares a Sudáfrica y los europeos de repesca.

Cada uno de estos partidos será un escenario para que Márquez observe, analice y anticipe el equipo que heredará.

Lo que está claro es que el Tri entra en una nueva era, una en la que la exigencia será máxima y el margen de error mínimo. Y en el centro del huracán estará Rafael Márquez, el hombre llamado a liderar el resurgimiento de la Selección Mexicana.