El Tottenham Hotspur está a las puertas de una nueva oportunidad para romper con su historia reciente: ganar un título oficial. El equipo londinense se prepara para disputar la final de la UEFA Europa League 2024/25 ante el Manchester United, y el contexto no puede ser más simbólico: hace mucho tiempo que no celebran un trofeo.

La última vez que los Spurs levantaron una copa fue en la final de la Carling Cup (actual EFL Cup), el 24 de febrero de 2008, cuando vencieron 2-1 al Chelsea en la prórroga en el estadio de Wembley. Aquel equipo era dirigido por Juande Ramos, y tuvo como héroes a Berbatov, Robbie Keane y Jonathan Woodgate, quien marcó el gol decisivo.

Cerca muchas veces, pero sin éxito

Desde entonces, el Tottenham ha tenido planteles prometedores y técnicos de renombre, pero sin conseguir cerrar el ciclo con títulos. Perdieron la final de la Champions League 2018/19 frente al Liverpool, y también cayeron en la EFL Cup 2020/21 ante el Manchester City.

La sensación de quedarse a medio camino ha acompañado al club por más de una década. Incluso figuras como Harry Kane, Son Heung-min o Christian Eriksen no pudieron romper con ese patrón.

Postecoglou quiere escribir una nueva historia

Ahora, bajo la dirección de Ange Postecoglou, los Spurs están a 90 minutos de borrar años de frustraciones. El equipo ha mostrado carácter, variantes ofensivas y una nueva mentalidad en el torneo continental. La cita será el miércoles 21 de mayo, en el estadio San Mamés de Bilbao.

Más allá del prestigio europeo, el trofeo también aseguraría la clasificación directa a la próxima UEFA Champions League, un aliciente clave tras una campaña liguera irregular.

Para el Tottenham, esta no es solo una final. Es la posibilidad de dejar atrás una era sin gloria y demostrar que el club tiene con qué volver a competir con los grandes del continente.