Las esperanzas del Tottenham Hotspur de tener una temporada 2025-26 sólida han sufrido un duro golpe, ya que James Maddison se rompió el ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla derecha durante un amistoso de pretemporada contra el Newcastle United en Seúl.

El mediocampista de 28 años tuvo que abandonar el campo en camilla, visiblemente afectado, después de solo nueve minutos de juego, tras lo que parecía ser un choque inofensivo.

La lesión se produjo en la misma rodilla que ya le había dado problemas a Maddison hacia el final de la temporada pasada, impidiéndole disputar partidos clave, incluida la final de la Europa League que ganaron. El entrenador del Tottenham, Thomas Frank, calificó la lesión como “brutal”, subrayando la gravedad del golpe tanto para el jugador como para el club.

Tras las evaluaciones médicas, el Tottenham confirmó que Maddison se someterá a una cirugía de forma inminente. Con una recuperación estimada de entre seis y nueve meses, el internacional inglés se perderá la mayor parte de la próxima temporada de la Premier League.

Implicaciones para la campaña del Tottenham y sus planes de plantilla

La ausencia prolongada de Maddison deja un vacío creativo significativo en el mediocampo del Tottenham. El club ya enfrentaba dificultades, con el mediapunta Dejan Kulusevski recuperándose de una cirugía de rodilla y la reciente salida de su estrella ofensiva, Son Heung-min.

La lesión de Maddison ha aumentado la urgencia del Tottenham por encontrar refuerzos que puedan asumir las responsabilidades creativas.

Según informes, el club consideró varias opciones en el mercado de fichajes para reforzar su mediocampo ofensivo, incluyendo un interés en Bilal El Khannouss del Leicester City. Sin embargo, una búsqueda de mayor perfil, centrada en Harvey Elliott del Liverpool, habría sido descartada tras no avanzar en las negociaciones.

Mientras tanto, la llegada de Mohammed Kudus y el buen rendimiento de Pape Sarr en la pretemporada ofrecen algunas soluciones internas, aunque aún no probadas a lo largo de una campaña completa en la Premier League.

El técnico Frank y el equipo médico del Tottenham se enfocarán ahora en la rehabilitación de Maddison, con el objetivo de que regrese a finales de la primavera de 2026 para recuperar su forma física de cara a la temporada 2026-27. El club expresó su solidaridad y apoyo al jugador, enfatizando su compromiso con su recuperación y futura contribución.

El camino por delante: recuperación y resiliencia del equipo

Las lesiones de ligamento cruzado anterior son de las más complicadas para los futbolistas, ya que suelen requerir cirugía extensa y entre seis y nueve meses de recuperación. Los antecedentes de Maddison con la misma rodilla hacen que este episodio sea especialmente preocupante para el rumbo de su carrera.

Para el resto de la temporada 2025-26, el Tottenham dependerá de opciones creativas alternativas mientras integra nuevos fichajes y jóvenes promesas en la plantilla.

La lesión también pone a prueba a los departamentos médicos y de ciencias del deporte del club, cuyo trabajo será clave para manejar la recuperación de Maddison y evitar futuras recaídas.

Mientras los Spurs se reorganizan, los aficionados esperan una recuperación rápida y completa de James Maddison, cuya visión y calidad técnica siguen siendo fundamentales para las aspiraciones del club en Inglaterra y en Europa.