El Real Madrid atraviesa una etapa de contrastes. Mientras figuras como Kylian Mbappé y Vinícius Jr. mantienen el peso ofensivo, Rodrygo Goes vive un periodo oscuro: ocho meses sin marcar un solo gol oficial con el club. Su último tanto se remonta al 4 de marzo, cuando abrió el marcador en el derbi de Champions frente al Atlético de Madrid. Desde entonces, el brasileño parece haberse perdido entre la presión, las rotaciones y la falta de confianza.

Del brillo al silencio: el declive inesperado

Aquel gol ante el Atlético parecía el inicio de una nueva etapa. Sin embargo, lo que siguió fue una cadena de frustraciones: la eliminación en Champions League, la derrota en la final de Copa del Rey y un papel cada vez más secundario en el equipo. Con la llegada de Xabi Alonso al banquillo, muchos esperaban su renacer, pero el Mundial de Clubes confirmó lo contrario: Rodrygo no encontró su lugar ni en el once ni en el esquema.

Durante la pretemporada, dio señales de recuperación, marcando en el único amistoso y arrancando como titular en el inicio de LaLiga, pero su impacto se desvaneció rápidamente. En lo que va de campaña, no ha logrado anotar y apenas ha repartido una asistencia, números que lo sitúan en uno de los momentos más complicados de su carrera.

En el reciente encuentro frente al Liverpool, el brasileño volvió a marcharse sin goles. Su actuación fue discreta, lejos de aquel jugador desequilibrante que brilló en noches europeas. Ni el hecho de compartir tridente con Vinícius y Mbappé logró reactivar su mejor versión.

Una sonrisa que solo aparece con Brasil

Curiosamente, el regreso de Rodrygo a la Selección de Brasil trajo consigo un respiro. En octubre, tras siete meses de ausencia, el delantero fue convocado nuevamente y respondió con un doblete ante Corea del Sur, mostrando destellos del talento que lo llevó al Real Madrid. “Soy otra persona después de todo lo que pasé. Estoy bien mentalmente y quiero demostrarlo esta temporada”, declaró en esa concentración.

Sin embargo, esa versión todavía no se refleja en el Bernabéu. En el plano mental, el atacante parece atrapado en una lucha interna por recuperar su lugar en el once titular. A pesar del respaldo público de Xabi Alonso, los minutos de calidad se le escapan y cada partido sin marcar añade más peso a sus espaldas.

La afición espera que este largo silencio termine pronto. Porque más allá del gol, lo que Rodrygo necesita es reencontrarse con la confianza que alguna vez lo convirtió en el héroe de las noches europeas. De momento, su historia en blanco continúa.