Un golpe inesperado para Neymar y para Santos

Lo que parecía un simple contratiempo físico terminó convirtiéndose en la peor noticia posible. Neymar, que inicialmente solo iba a perderse el partido del lunes con Santos por molestias en la rodilla, ha sido diagnosticado con una lesión de menisco que lo dejará fuera por lo que resta del campeonato. El club lo confirmó con un comunicado que cayó como un jarro de agua fría en un equipo que ya vive al borde del abismo.

El Brasileirão concluye el próximo 7 de diciembre, y Santos apenas tiene tres partidos para evitar el descenso. Pero su gran figura no estará: Neymar tendrá que seguir la recta final desde la grada, sin poder ayudar en el momento más crítico de la temporada.

Un 2025 para el olvido

Esta es ya la cuarta lesión que sufre Neymar en lo que va del año, una racha que ha convertido su regreso a Brasil en una montaña rusa de frustraciones y retrocesos. Cada intento de recuperación parece tropezar con un nuevo golpe físico, complicando no solo su presente sino también su proyección a corto plazo.

Y es precisamente ese futuro lo que preocupa a todo Brasil: con el Mundial de 2026 cada vez más cerca, la nueva lesión compromete seriamente sus opciones de estar en la lista final. La falta de ritmo y la continuidad perdida son un obstáculo enorme para un futbolista que necesita llegar con plenitud física.

Ancelotti no lo ve claro

Desde que tomó el mando de la selección brasileña, Carlo Ancelotti no ha convocado a Neymar. La decisión ha generado debate, pero el técnico italo-español siempre ha sostenido que necesita jugadores disponibles, en forma y con regularidad.

Y con este nuevo percance, su situación se torna aún más complicada. La incógnita ya no es solo si Neymar se recuperará a tiempo, sino si Ancelotti considerará oportuno llevar a un jugador que no ha tenido continuidad en meses y que arrastra un historial médico cada vez más preocupante.

Un final abierto lleno de incertidumbre

El golpe es duro en todos los frentes: Santos pierde a su líder en plena lucha por la permanencia, Neymar suma otra lesión a un año plagado de tropiezos y Brasil ve cómo uno de sus máximos ídolos vuelve a encender todas las alarmas.

A seis meses del Mundial, el tiempo juega en contra. Y aunque la historia demuestra que Neymar siempre intenta volver, esta vez la montaña parece más empinada que nunca.