Los días más difíciles de Miguel Ángel Russo y su conexión con Boca Juniors

“Son momentos, son decisiones”.

Una de esas frases que resumen a Miguel Ángel Russo, su temple y su estilo. El DT de Boca atraviesa horas sensibles: una internación domiciliaria lo mantiene en reposo junto a su familia, mientras todo el mundo Boca se une en apoyo.

En una noche de dominio total en La Bombonera, Boca aplastó a Newell’s por 5-0 con un festival de goles que desató el delirio en el estadio. Primero, Milton Giménez abrió la cuenta (a los pocos minutos de iniciado el partido); luego, nuevamente Giménez marcó el segundo para sentenciar su doblete. Más tarde, Ayrton Costa amplió la ventaja con un cabezazo potente, y en el complemento continuaron los festejos: Brian Aguirre firmó el cuarto gol con un remate preciso, y finalmente Lautaro Blanco selló la goleada con un zurdazo cruzado.

Tras el encuentro, Leandro Paredes dedicó el triunfo: “El triunfo se lo queremos dedicar a Miguel, porque es la cabeza de nuestro grupo. Que esté pasando por este momento no es nada lindo. Le mandamos mucha fuerza”.

En sintonía, Claudio “El Sifón” Úbeda —hoy al frente del plantel— también expresó su cariño hacia el técnico:

“Este triunfo se lo queremos dedicar a Miguel, que seguramente nos estuvo viendo por televisión”.

💬 El plan de Riquelme y el regreso del Míster

Juan Román Riquelme lo quería en el banco cuanto antes. Tras la eliminación de San Lorenzo en semifinales del Torneo Apertura 2025, el camino parecía allanado. Russo, cauto como siempre, no confirmó nada públicamente, pero su silencio dijo más que mil palabras.

📅 “Voy a hablar cuando yo quiera”, lanzó firme en conferencia. No habló de Boca ni de su continuidad, pero las condiciones en San Lorenzo eran difíciles: sueldos atrasados, conflictos dirigenciales y un presidente, Marcelo Moretti, de licencia por escándalos.

El club azulgrana intentó retenerlo, incluso con un pago parcial de deuda, pero todos sabían que el destino de Miguelo tenía otro color: azul y oro.

En una entrevista con Quique Feldman, Russo fue claro:

“A Boca uno nunca le puede decir que no.”

Era su tercera oportunidad. Y en Boca, el amor siempre vuelve.