El recuerdo de Mestalla

El exguardameta Santi Cañizares abrió la caja de los recuerdos durante una entrevista y sacó una historia que parece increíble. Fue en Mestalla, durante un partido entre Valencia y Real Madrid cuando se empezaban a usar dispositivos para medir cuánto corría cada jugador en un partido. 

Cañizares, obsesionado con no perder la concentración, se movía constantemente bajo los palos. Al revisar los datos, apareció la sorpresa: aquel día había corrido más que Ronaldo Nazário. Sí, un portero había superado en distancia al delantero más temido del planeta.

El contraste más brutal

Las cifras decían que Ronaldo apenas se movió, que estaba fuera de forma y que solo había tocado un puñado balones en todo el partido. Pero la realidad fue muy distinta: en esos toques toques, el brasileño había marcado dos goles. Y es que ese es el tipo de jugador que era Ronaldo, podía jugar al 50% de su capacidad y aún así marcar diferencia.

Mientras Cañizares iba de un lado a otro manteniéndose caliente, Ronaldo esperaba. Y cuando la pelota pasó por sus pies, la red tembló. La estadística mostraba pereza; el marcador, pura genialidad.

Lo que hacía diferente al Fenómeno

Cañizares lo contó con naturalidad, casi con admiración. Lo suyo eran kilómetros y esfuerzo; lo de Ronaldo, eficacia y talento. No necesitaba correr más que nadie ni estar en forma perfecta. Bastaba con un instante, un toque preciso, una carrera corta. Y el partido cambiaba para siempre.

Esa tarde en Mestalla quedó grabada como la prueba definitiva: Ronaldo podía correr menos que un portero y aun así ser el hombre decisivo. Eso es lo que lo hacía único, eso es lo que lo convirtió en el Fenómeno.