El Real Madrid encontró finalmente un muro capaz de detener su paso perfecto en LaLiga. Tras trece jornadas llenas de autoridad, el equipo de Xabi Alonso tropezó en un escenario que históricamente se le atraganta: Vallecas. El Rayo Vallecano, valiente y ambicioso, obligó a los blancos a firmar su primer empate de la temporada, en un partido repleto de ritmo, tensiones y una figura inesperada: el portero argentino Augusto Batalla, que se convirtió en héroe local.

No fue un desliz casual. El Rayo, intenso y sin complejos, aprovechó cada tramo de desorden madridista para atacar con personalidad. Y el Madrid, pese a reunir en el campo a todas sus estrellas —Güler, Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé—, no encontró la llave para abrir un duelo que terminó siendo una batalla de resistencia.

Brahim Díaz vuelve al XI… y responde

Xabi Alonso sorprendió desde la alineación. Brahim Díaz, casi dos meses sin iniciar un partido de Liga, regresó a la titularidad. El malagueño no marcó, pero fue uno de los más eléctricos del ataque visitante: movilidad constante, asociaciones rápidas y una primera parte en la que dejó claro que quiere un rol más importante.

Con Rodrygo relegado al banquillo, Brahim fue el encargado de dinamizar el último tercio. Sin embargo, su influencia se fue apagando conforme el Rayo encontró más ritmo y más balón.

Un Rayo atrevido, rápido y sin miedo

El equipo de Vallecas apostó por una fórmula diferente: Jorge de Frutos como falso nueve, flanqueado por Isi Palazón y Álvaro García, dos extremos que viven para correr. Su velocidad exigió al máximo a la defensa del Madrid, especialmente en el primer tiempo.

Incluso estuvo cerca el gol local: Andrei Ratiu probó a Courtois con un disparo potente, mientras Asencio rozó el poste en un remate de cabeza que silenció a la grada visitante.

Batalla vs. Madrid: el duelo que lo sostuvo todo

Si el partido sigue vivo hasta el final, es por un nombre: Augusto Batalla.
El argentino sacó un zurdazo de Arda Güler, tapó una volea peligrosísima de Vinicius, y mantuvo su arco en cero incluso ante los intentos de Bellingham y Mbappé en la segunda parte.

En los minutos finales, cuando el Madrid juntó toda su artillería pesada, Batalla sostuvo al Rayo con manos firmes, reflejos perfectos y una serenidad impropia del caos que generaba el líder liguero.

El Madrid lo buscó… pero sin acierto

La segunda mitad fue un ida y vuelta.
El Rayo quiso más balón y aceleró transiciones con Pathé Ciss y Unai López moviendo el juego de lado a lado. El Madrid, por su parte, apostó más por la genialidad individual que por la estructura colectiva.

• Bellingham exigió a Batalla con un zurdazo.
• Mbappé rozó el poste con un remate cruzado.
• Fede Valverde probó desde media distancia.

Aun así, ni con todos sus talentos ofensivos sobre el césped, el líder pudo derribar a un rival que defendió con alma y atacó sin miedo.

Un punto que sabe distinto para cada uno

El empate deja al Real Madrid como líder en solitario con 31 puntos, pero también abre interrogantes: Vallecas expuso ciertos desajustes y recordó que incluso un equipo tan dominante puede sufrir cuando el ritmo se rompe.

El Rayo, con 15 unidades, se mantiene cómodo en mitad de tabla y celebra un empate que, por momentos, supo a victoria ante uno de los equipos más en forma del continente.

Vallecas volvió a ser Vallecas: incómodo, eléctrico, impredecible y un lugar donde incluso los gigantes pueden frenarse.