El técnico que volvió a sonreír

Julen Lopetegui escribió una de las páginas más emocionantes de su carrera al guiar a Qatar a su segundo Mundial consecutivo, pero el primero conseguido por mérito deportivo. Su selección venció 2-1 a Emiratos Árabes Unidos en un duelo de infarto que terminó con el técnico español bailando junto a sus jugadores frente a un estadio desbordado de alegría.

La imagen de Lopetegui celebrando con pasos improvisados recorrió las redes. No era solo una victoria: era la redención de un entrenador que alguna vez vio esfumarse un Mundial con España en 2018. Esta vez, el destino le devolvió lo que el fútbol le debía.

Qatar hace historia a su manera

El triunfo ante los Emiratos Árabes fue sufrido. Qatar se adelantó, recibió el empate y encontró el gol decisivo en los últimos minutos, provocando una euforia inédita en Doha. Las gradas estallaron, los jugadores lloraron y Lopetegui fue levantado en hombros por un equipo que se ha transformado en apenas cinco meses.

Desde su llegada, el español cambió el rumbo de una selección que parecía sin rumbo. Apostó por el orden, la confianza y una mentalidad competitiva que devolvió la esperanza a un país que ya soñaba con otra oportunidad mundialista.

De Rusia a Doha: la revancha personal

Seis años después de aquel abrupto adiós antes de Rusia 2018, Lopetegui vuelve a una Copa del Mundo, pero esta vez con una historia completamente distinta. Su trabajo en Qatar no solo lo reivindica, sino que también le devuelve la sonrisa y el respeto del fútbol internacional.

En los próximos meses, el reto será mayor: preparar al equipo para competir al máximo nivel y demostrar que Qatar no solo sabe organizar un Mundial… también puede clasificarlo. Y si el camino sigue así, quizá el “bailecito” de Lopetegui se repita en los estadios de 2026.