Faltas, tensión y expulsiones que marcaron el ritmo

El partido, disputado en el estadio Tomás Adolfo Ducó, comenzó con fuerte ritmo y poco espacio para el fútbol creativo. El ambiente se calentó desde temprano, con Juan Francisco Bisanz siendo expulsado en el episodio inicial por una dura infracción revisada por el VAR. La segunda mitad no fue más amable: César Ibáñez y Mateo Zuleta también vieron la roja, dejando al Huracán con solo ocho jugadores, lo que precipitó el dominio físico y emocional del equipo visitante.

Una remontada rápida y definitoria a pesar del envío de señales tempranas

Aprovechando el desequilibrio numérico, Once Caldas se adueñó del mediocampo y del ritmo del juego. El empate llegó temprano en el segundo tiempo por medio del experimentado Michael Barrios, quien aprovechó un espacio de disparo para poner el 2-1. Luego, Dayro Moreno, figura histórica del club, selló el triunfo con un tanto calculado que trajo calma para los visitantes.

El pasaje a cuartos y la consagración de un rival complicado

Con esta victoria, Once Caldas rompe la serie en forma contundente y se clasifica a los cuartos de final de la Copa Sudamericana con un marcador global de 4-1. El entrenador Hernán Darío Herrera destacó el trabajo mental del grupo, mientras que el equipo demostró tener temple para manejar las emociones del duelo y aprovechar las oportunidades. Enfrentarán a su próximo rival con la confianza de quien sortea las adversidades como visitante y sale ileso.

Este duelo quedó grabado como uno de los enfrentamientos más intensos de la llave: sudor, tarjetas, remontada y un final claro. Once Caldas avanza, mientras el Huracán queda con la sensación de haber perdido no solo el partido, sino también el control de un choque en el que terminó cediendo antes del descanso.