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El golazo de Bernard en la Copa Sudamericana que ya pide el Premio Puskás
Una joya sudamericana que hizo temblar las redes. El gol de Bernard ante Independiente del Valle no solo selló el triunfo de Atlético Mineiro, sino que ya se perfila como uno de los mejores del año.
Un toque de genio en Belo Horizonte
La semifinal de vuelta entre Atlético Mineiro e Independiente del Valle tenía todos los ingredientes de una noche grande, pero lo que ocurrió en el minuto 40 fue pura magia. Con el Galo dominando, Dudu tomó el balón en tres cuartos de cancha, eludió a un rival con un giro seco y lanzó un pase filtrado que rompió líneas y defensas.
Del otro lado, Bernard, el hijo pródigo de Belo Horizonte, controló con delicadeza, levantó la mirada y, ante la salida de Guido Villar, hizo lo impensable: picó la pelota con una sutileza digna de museo. El balón viajó suspendido por un segundo eterno antes de besar la red.
El estadio Arena MRV explotó. Los fanáticos sabían que no solo estaban presenciando el 2-0, sino una obra de arte que recorrerá el mundo. En cuestión de minutos, el video del gol ya circulaba en redes, con comentarios que lo catalogaban como “el mejor tanto de la Sudamericana” y “candidato directo al Premio Puskás”.
Una jugada que resume al Galo
El tanto fue el reflejo perfecto del ADN de Atlético Mineiro bajo el mando de Felipão: presión alta, velocidad en transición y precisión quirúrgica. Dudu, el motor incansable del equipo, volvió a ser clave con una conducción vertical que desarmó a los ecuatorianos, mientras Bernard recuperó su mejor versión: inteligencia, técnica y frialdad.
No fue solo un gol: fue una declaración de intenciones. El Galo quiere volver a una final continental y lo está haciendo con el fútbol más vistoso de la Copa.
Delirio y destino de finalista
El 2-0 dejó a Independiente del Valle contra las cuerdas. Sin respuestas ante la intensidad brasileña, los de Rabanal vieron cómo el sueño se desvanecía antes del descanso. Mientras tanto, Atlético Mineiro se marchó a los vestuarios entre ovaciones y con la certeza de que el camino a la final ya está trazado.
Pero más allá del resultado, el segundo gol de Bernard ya entró en la historia. No todos los días un estadio entero se levanta para aplaudir un gesto que mezcla arte, precisión y coraje. Y en Sudamérica, esa mezcla tiene nombre propio: Bernard, el hombre del gol imposible.













