La Copa América podría volver a jugarse lejos de Sudamérica
La Copa América 2028 empieza a tomar forma y, según avanzan fuentes de ambas confederaciones, Concacaf y Conmebol ya mantienen conversaciones para que el torneo regrese a Estados Unidos, que podría recibir su tercera edición continental en apenas doce años. La sede norteamericana, que ya albergó el certamen en 2016 y 2024, vuelve a escena impulsada por factores económicos, estratégicos y logísticos que la convierten en una opción extremadamente atractiva para el fútbol sudamericano.
Estados Unidos, otra vez el favorito: ingresos récord y un mercado irresistible
El regreso de la Copa América a suelo estadounidense no sería casual. En 2024, el modelo de cooperación entre Concacaf y Conmebol dejó resultados históricos. La participación de selecciones invitadas amplió la audiencia y la competición generó la mayor parte de los 319 millones de dólares recaudados por las selecciones de Conmebol durante ese año. Con esos números sobre la mesa, es evidente por qué el mercado estadounidense está nuevamente en el centro de las negociaciones.
Además, el calendario juega a favor de Estados Unidos: la edición 2028 coincidiría con el verano de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, por lo que ambas competiciones buscan convivir sin pisarse fechas. A esto se suma un ajuste clave para la región: la MLS modificará su calendario a partir de 2027-28 para alinearse con las ligas europeas, evitando choques directos con grandes torneos internacionales.
Sin embargo, no todo es perfecto. La Copa América 2024 dejó críticas por el estado de varias superficies de juego y por el caos organizativo de la final entre Argentina y Colombia en Miami, retrasada 80 minutos debido a problemas de acceso. Aun así, la infraestructura, la capacidad hotelera y el potencial comercial estadounidense siguen marcando una diferencia considerable respecto a otras opciones.
Argentina y Ecuador siguen en la carrera, pero Conmebol no se precipita
Aunque Estados Unidos parte como favorito, Conmebol mantiene abiertas otras posibilidades. Argentina y Ecuador, que en su momento fueron candidatos frustrados a distintas ediciones, podrían volver a la mesa si las negociaciones con Concacaf no avanzan como esperan.
Argentina perdió la sede en 2020 por la pandemia y la crisis social en Colombia durante la coorganización. Ecuador, por su parte, renunció a organizar la edición 2024 por motivos económicos y de infraestructura. Ambas federaciones conservan el interés, aunque ninguna ha presentado una propuesta formal para 2028.
Desde Conmebol, un portavoz dejó claro que las conversaciones aún están en una etapa preliminar y que “nada es concreto”. Tanto US Soccer como Concacaf también evitaron comentarios, señal de que las negociaciones avanzan, pero sin intención de generar expectativas prematuras.













