El proyecto de Mauricio Pochettino al frente de la USMNT avanza con expectativas altas rumbo al Mundial de 2026, pero su continuidad después del torneo es todo menos segura. Mientras Estados Unidos se prepara para recibir a la élite del fútbol mundial, el propio seleccionador argentino comienza a sonar en los despachos de varios clubes grandes de Europa, y las señales apuntan a que su ciclo podría ser más corto de lo esperado.

¿Por qué su futuro está en duda?

El contrato de Pochettino expira justo cuando termine el Mundial. Y aunque los ciclos de selecciones suelen cerrarse de manera natural con cada gran torneo, existe un factor adicional: la personalidad competitiva del técnico argentino, un perfil que encaja mucho más con el ritmo diario del fútbol de clubes que con los tiempos pausados del calendario internacional.

En una declaración exclusiva a GOAL, el exarquero de la selección estadounidense Brad Friedel describió a Pochettino como un auténtico “workaholic”, alguien que vive para entrenar a diario, diseñar sesiones, corregir detalles y convivir con el grupo de manera constante. Y ese ecosistema simplemente no existe en el trabajo de seleccionador.

¿Qué tendría que pasar para que Pochettino siga?

Las palabras de Friedel para GOAL fueron muy directas:
– Si la USMNT tiene un mal Mundial, Pochettino no seguirá.
– Si el torneo es extraordinario y Estados Unidos llega lejos —o incluso lo gana— tampoco seguiría, porque los grandes clubes irían inmediatamente por él.
– Solo un rendimiento intermedio, sólido y en crecimiento podría generar las condiciones adecuadas para que considere otro ciclo.

Es decir, su continuidad no depende únicamente del resultado, sino del tipo de proyecto que visualice para los siguientes cuatro años.

¿Por qué Europa lo quiere de vuelta?

Pochettino no lo oculta: extraña la Premier League.
En diálogo con la BBC, reconoció que el campeonato inglés es “la liga más competitiva del mundo” y que su intención es volver al fútbol de clubes tarde o temprano.

Su prestigio sigue intacto. Equipos de la talla de Tottenham, PSG o Chelsea conocen su capacidad para transformar grupos, potenciar jóvenes y generar identidades claras. En 2026, después de un Mundial en casa y con exposición global, su nombre será inevitablemente uno de los más buscados en el mercado.

Además, Friedel recordó en GOAL un punto clave: en la vida de un seleccionador, hay largos meses sin trabajo de campo. Para alguien tan obsesivo y detallista como Poch, esa falta de entrenamiento cotidiano puede volverse una desconexión natural con el rol.

¿Qué quiere realmente Pochettino?

Aunque disfruta del proyecto estadounidense y valora este momento en su carrera, también piensa en lo que viene: volver al ritmo diario, al vestuario constante, al pulso competitivo del fútbol europeo.

El resultado del Mundial marcará el tono, pero el escenario es evidente:
las puertas de Europa están abiertas y los clubes grandes lo esperan.

La USMNT tiene todo por ganar en 2026… pero podría perder a su arquitecto justo después.