La otra cara de César Luis Menotti
César Luis Menotti, una de las leyendas del fútbol argentino, falleció este domingo a los 85 años. Una estrella que brilló en los banquillos, llevando consigo un estilo exitoso que muchos intentaron emular. Sin embargo, en el campo fue un jugador que destacó por encima de los demás.
"El fútbol es un hecho cultural", así describió César Luis Menotti su primera experiencia jugando al fútbol, donde ganaba "buena plata" por su extraordinario rendimiento en la Liga Carcarañense. Mientras Central y Newell's intentaban sumarlo a sus filas, pero su padre lo protegía:
"Mi viejo los echaba a patadas. Él decía que el fútbol era para jugar entre amigos, era muy severo con el estudio. Me revisaba todo", afirmó en una entrevista con El Gráfico.
Finalmente, accedió a una prueba con Rosario Central donde debutó y se destacó como el gran jugador que fue.
"Metí los dos goles y ganamos. Me llamaron para que fuera el miércoles a jugar para la Reserva contra la Primera, ya en la cancha. Y volví a meter dos goles, uno de la #$%#$%: un saque de banda, no me lo olvido más, amagué pararla, la dejé pasar y le di un voleo… Se armó un revuelo", señaló.
Menotti fue campeón con Boca como jugador en la temporada 1964 – 1965, en una temporada donde compartió plantel con el ídolo del "Club Xeneize", Antonio Rattín. Sin embargo, a pesar de su tremendo éxito futbolístico donde llegó a jugar en el Santos de Pelé, siempre fue recordado por ser un "loco por el fútbol".
"Más allá de divertirme, aprendía mucho y seguí aprendiendo toda mi vida. Soy un loco que siempre veía cosas en futbolistas que ni ellos mismos las veían. Robaba gambetas, discutía. Siempre me gustó jugar a todo. Y jugar bien", recordó.
Años más tarde, se consagraría como la leyenda de los banquillos que es, luego de debutar como DT en Newell’s, donde vivió un breve paso hasta 1971, cuando llegó a Huracán y comandó al equipo para ganar el Metropolitano 1973 con un equipo histórico que hasta el día de hoy es recordado con cariño. Tiempo después, llegaría al Barcelona para dirigir a Maradona y logró ganar la Copa del Rey, la Copa de la Liga y la Supercopa Española.
El mejor momento como entrenador para el “Flaco” fue cuando llevó a la selección Argentina a ganar la Copa del Mundo de 1978, la primera de la historia para la “Albiceleste”. Un año más tarde, logró ganar el Mundial Sub 20 en Japón, con Maradona como figura.