Un campeón contra las cuerdas

La temporada 2025 ha mostrado la versión más vulnerable de Red Bull en los últimos años. Mientras Liam Lawson y Yuki Tsunoda sufren para entrar en los puntos, solo Max Verstappen ha logrado mantenerse en la pelea, aunque cada vez con más dificultades. El GP de Hungría fue un duro golpe: tras clasificar octavo, terminó noveno en carrera y se marchó al parón veraniego a 97 puntos del líder, Oscar Piastri, su peor desventaja desde 2018.

El neerlandés, acostumbrado a dominar, ahora enfrenta un panorama donde ni su talento basta para tapar los problemas del RB21, un monoplaza que se ha quedado corto ante el empuje de McLaren.

La reconstrucción necesaria

En una entrevista con F1.com, Verstappen reconoció que el equipo necesita dar un giro para 2026. “Seguimos siendo, por supuesto, un equipo muy fuerte, pero tal vez sea necesaria una pequeña reconstrucción o reestructuración”, aseguró el cuatro veces campeón del mundo.

El neerlandés recordó que ya vivió un ciclo similar al llegar al primer equipo: de dejar de pelear por títulos a volver a la cima años después. Para él, comprender lo que está fallando en la fábrica de Milton Keynes será clave para volver a competir al máximo nivel en la nueva era de regulaciones.

Enfocado en el futuro

Los rumores sobre un posible salto a Mercedes llevan meses circulando, pero Verstappen no quiere distracciones. “Siempre hay otras personas que hablan mucho, mientras que yo no necesito decir nada. Estoy muy concentrado en 2026 con el equipo, para asegurarnos de ser competitivos desde el principio”, sentenció.

Con el futuro inmediato lleno de incógnitas, Verstappen no mira hacia otro garaje, sino hacia dentro de Red Bull. La reconstrucción parece inevitable, y el neerlandés lo tiene claro: solo con cambios profundos podrán volver a ser el equipo temido de la Fórmula 1.