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Ferrari arde… un mensaje a Hamilton y Leclerc: “Menos palabras y más conducción”
La paciencia se acabó en Maranello. Tras el desastre de Interlagos, Ferrari arde y su presidente envía un mensaje directo a Hamilton y Leclerc: menos declaraciones y más resultados.
Ferrari en crisis: la gota que colmó el vaso
El ambiente en la Scuderia Ferrari está al rojo vivo. El doble abandono en Interlagos —con el coche de Hamilton dañado desde la salida y el accidente que dejó fuera a Leclerc— fue la chispa que encendió una crisis que ya nadie puede ocultar. El equipo cayó al cuarto puesto en el Mundial de Constructores, y su supuesta dupla de ensueño acumula más dudas que victorias: 113 triunfos entre ambos, pero cero desde México 2024.
En medio del desconcierto, el presidente John Elkann, heredero del imperio Agnelli, rompió el silencio y lanzó una frase que retumbó en el mundo del motor:
“Deberían hablar menos y centrarse en pilotar. Ferrari necesita pilotos que se enfoquen menos en sí mismos y más en el equipo.”
El mensaje, pronunciado en el Salón de la Fama del CONI, fue una clara advertencia para sus pilotos, en especial tras semanas de tensión interna.
El contraste que duele en Maranello
La bronca de Elkann llega en un momento paradójico: mientras Ferrari celebraba su doble título mundial de resistencia en Bahréin con el coche #51 de Calado, Giovinazzi y Pier Guidi, el equipo de Fórmula 1 sigue en caída libre. En el WEC, la unión y la disciplina fueron la clave del éxito; en la F1, el desorden y el ego parecen imponerse.
Medios italianos como Corriere dello Sport lo resumen sin rodeos:
“Están hartos de las actitudes de diva. Es un mensaje al Dream Team que debería dominar, al menos de palabra.”
El propio Elkann reforzó la idea: “Ferrari gana cuando está unida. En la F1 tenemos mecánicos e ingenieros excelentes, pero necesitamos pilotos comprometidos con el conjunto.”

Hamilton y Leclerc, bajo la lupa
La tensión se acentúa por la salida de Carlos Sainz, cuyo perfil técnico y conexión con los ingenieros fueron clave en el desarrollo del monoplaza. Su reemplazo por Lewis Hamilton no ha dado el efecto esperado: el británico aún no se adapta al coche, y su estilo de conducción choca con el de Leclerc, que prefiere un monoplaza más suelto de atrás y con entrada agresiva en curva.
Ni Hamilton ni Leclerc destacan por su implicación técnica, y esa diferencia se ha convertido en un problema estructural. La frase de Elkann no fue casualidad, sino una señal de alarma para un equipo dividido, que perdió su rumbo y su identidad.
En Maranello lo tienen claro: Ferrari no necesita más discursos. Necesita victorias.













