La racha inicial de Luka Doncic con Los Ángeles Lakers ha redefinido lo que es posible para un escolta superestrella. En solo una docena de presentaciones, Doncic ha acumulado 414 puntos y 107 asistencias, una hazaña nunca antes vista en ninguna era de la historia de la NBA.

Ni siquiera iconos como LeBron James, Michael Jordan o Magic Johnson alcanzaron este doble hito en sus primeros 12 partidos de cualquier temporada.

Doncic, ahora con 26 años, está consolidando su lugar como una de las fuerzas ofensivas más dominantes de la liga, marcando un ritmo inigualable en casi ocho décadas de baloncesto profesional.

Números insuperables impulsan el ascenso de los Lakers

El rendimiento de Doncic va mucho más allá de las cifras en bruto. Durante este tramo histórico de doce partidos, ha promediado 34.6 puntos y nueve asistencias, consolidándose como el máximo anotador de la NBA y uno de sus mejores generadores de juego.

Su actuación más reciente incluyó 33 puntos, 11 rebotes y 8 asistencias mientras los Lakers lograban su duodécima victoria, manteniéndose a la par del encendido OKC Thunder en lo alto del Oeste.

En sus últimos tres partidos, Doncic ha elevado aún más su nivel, promediando un asombroso registro de 37 puntos por encuentro, lo que confirma que está en su mejor forma tras sus recientes problemas físicos.

El impacto en los Lakers y en la liga

La irrupción histórica de Doncic ha catapultado a los Lakers a una auténtica conversación por el título. Tanto el entrenador como sus compañeros destacan no solo su capacidad de anotar a voluntad, sino también de elevar el rendimiento de todos a su alrededor gracias a su visión de juego de élite y un ritmo implacable.

Los analistas ya especulan con que pueda llevarse el premio al Jugador Más Valioso, y mientras Doncic continúa reescribiendo los libros de récords, también redefine lo que un superestrella moderno puede hacer dentro de un esquema ofensivo equilibrado.

Los equipos de toda la liga ahora deben encontrar respuestas para un jugador que combina un ritmo anotador histórico con una capacidad de creación de juego de otro nivel, un desafío que, al menos en lo que va de 2025, nadie ha logrado descifrar.