Joel Embiid admitió públicamente que el ex MVP James Harden ya no le habla tras su turbulenta salida de Philadelphia. En una entrevista sincera, Embiid insistió en que no tuvo nada que ver con el traspaso de Harden a Los Angeles Clippers y describió el dolor de perder una amistad que una vez valoró profundamente.

Embiid y Harden fueron considerados una de las duplas más dinámicas de la NBA durante su temporada y media como compañeros en los 76ers, logrando cifras históricas—Embiid se coronó como líder anotador en 2022-23 y Harden encabezó la liga en asistencias. Su pick-and-roll era letal, y las expectativas se dispararon mientras impulsaban a Philadelphia hacia la contienda por el campeonato.

Pero tras repetidas decepciones en playoffs y una disputa pública entre Harden y el presidente de los Sixers, Daryl Morey, la sociedad se desmoronó.

Harden forzó su salida en medio de acusaciones de traición por parte de la directiva, y terminó en los Clippers. Mientras la franquicia intentaba recomponerse, el daño personal persistía.

Embiid: “Duele cuando sientes que no hiciste nada malo”

En conversación con Dotun Akintoye de ESPN, Embiid habló abiertamente sobre la amargura de la ruptura y declaró:

“Nadie sabe esto, pero ni siquiera James [Harden] me habla. Esa es la parte que no me gusta de ser ‘ese tipo’, porque te pone en medio de esas situaciones. Porque si le preguntas a James, probablemente cree que tuve algo que ver con que él ya no esté aquí”, dijo.

“Y yo solo pienso: ‘Yo gané el título de anotación. Tú ganaste el de asistencias. Teníamos un pick-and-roll imparable’… Duele cuando sientes que no hiciste nada malo. Cuando crees que tienes una relación así con alguien… pierdes mucho”, agregó Embiid.

Embiid recalcó que no presionó a la directiva para traspasar a Harden, y aseguró que le dejó claro a la organización que no quiere cargar con la responsabilidad por los movimientos de compañeros o cambios en el cuerpo técnico. Sin embargo, reconoció la percepción constante que rodea a las superestrellas de la NBA: que incluso una aprobación pasiva puede influir en las decisiones de una franquicia.

¿Una relación sin vuelta atrás?

Mientras Embiid ha pedido claridad y honestidad emocional tras bambalinas, se encuentra cada vez más aislado—una realidad para muchas superestrellas modernas lanzadas al foco de movimientos de plantillas de alto riesgo.

La disolución de su relación con Harden, que alguna vez se basó en la confianza y el respeto mutuo, subraya las frías realidades del negocio de la NBA y los efectos dolorosos que puede tener ser el centro de una franquicia.

Para Embiid, la pérdida es tanto estratégica como personal. Philadelphia no ha alcanzado los mismos niveles competitivos desde la salida de Harden, y Embiid ahora lidia con la incertidumbre y la soledad que pueden surgir cuando las amistades y las lealtades profesionales chocan en el implacable panorama de la NBA.