Reaves se aleja del compromiso con los Lakers

La estabilidad que Luka Doncic y LeBron James esperaban construir en los Lakers ha recibido un duro golpe. El escolta Austin Reaves, uno de los pilares del equipo angelino, rechazó una extensión de contrato por cuatro años y 89,2 millones de dólares. Esta decisión ha generado gran desconcierto, especialmente después de que Reaves asegurara hace apenas unas semanas que quería pasar el resto de su carrera en Los Ángeles.

La negativa del escolta, de 27 años, ocurre en un contexto clave. Su contrato actual vence en junio de 2026, aunque posee una opción de jugador por una temporada más con un valor de 15 millones. Según reportes de Dan Woike, periodista especializado de The Athletic, Reaves estaría apostando a conseguir un contrato mucho más lucrativo en la agencia libre, lo cual pone en riesgo la continuidad del núcleo actual de los Lakers.

Doncic podría revivir la historia de Dallas

Para Doncic, esta situación despierta fantasmas del pasado. El esloveno aún carga con la decepción por cómo terminó su ciclo con los Dallas Mavericks, donde sintió que fue traicionado por decisiones internas del club. Ahora, con su llegada reciente a los Lakers, enfrenta la posibilidad de perder a un aliado clave en su nuevo intento por alcanzar el título de la NBA.

La salida potencial de Reaves no solo afectaría la química del equipo, sino también las decisiones salariales a futuro. Según Bobby Marks, especialista de ESPN, Reaves podría aspirar a un contrato de cinco años y 246,7 millones si opta por esperar. El problema es que esa cifra entra en conflicto directo con lo que los Lakers podrían ofrecer a Doncic, quien es elegible este agosto para firmar una renovación de 228 millones por cuatro años.

LeBron, por su parte, ha mostrado siempre plena confianza en Reaves, considerándolo parte esencial del proyecto. Sin embargo, esta aparente “traición” ha reactivado la incertidumbre en una franquicia que busca armar un equipo competitivo con poco margen de maniobra.

Aunque la relación entre el escolta y la franquicia sigue siendo buena, el gesto de rechazar la extensión deja claro que el negocio pesará más que las declaraciones de amor eterno. Para Luka Doncic, lo último que necesitaba era enfrentarse otra vez a la deslealtad dentro del vestidor.