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Ya hay un primer campeón oficial en la temporada italiana. Se trata de Lazio, que sorprendió en el Estadio Olímpico de Roma a la multicampeona Juventus y lo venció por 3-2, en un encuentro pobre por 80 minutos y que se transformó en un partidazo sobre el final.

En gran parte del juego, la Juve fue una sombra del equipo intratable de la temporada pasada. Las ausencias de Dani Alves y Leonardo Bonucci en defensa le pasaron factura, y no pudieron controlar a un nueve experimentado como Immobile, que primero abrió el marcador de penal y en el segundo tiempo extendió la cuenta con un exquisito cabezazo a contrapié.

Del otro lado, ni Paulo Dybala con su nueva camiseta número 10 parecía estar fino, por lo menos no hasta el final del duelo, cuando comandó la valiente remontada de la Juve, que ya jugaba por diez por la expulsión infantil de Pjanic. El ex Palermo descontó con un tiro libre perfecto y luego puso el empate de penal. 

Pero todavía había tiempo para una emoción más: cuando parecía que el impulso lo tenía la Vecchia Signora, Lukaku se inventó una gran jugada por izquierda y luego tiró un centro preciso que llegó a empujar Murgia al fondo de la red.

Así, Lazio festejó con locura la cuarta Supercopa de su historia y dejó sin nada a Juventus, que arrancó la temporada 2016/2017 igual que como terminó la última: con una dura derrota en una final.