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La Selección alemana no tiene a la Copa Confederaciones como principal objetivo. De hecho, reservó a sus principales figuras y llevó nombres que no son del todo usuales a la hora de apreciar una convocatoria de la Mannschaft.

Aún así, los de Joachim Löw demostraron su potencial y personalidad para estrenarse este lunes con éxito: se quedaron con los tres puntos ante Australia, gracias al triunfo por 3-2 en el Estadio Olímpico de Sochi.

Lars Stindl fue el encargado de romper el hielo en Rusia y a los 4 minutos puso en arriba a su seleccionado, lo cual le permitió, además, anotar su primer tanto con la camiseta de su país. El conjunto teutón no consiguió ampliar su diferencia con el correr de los minutos y esto lo pagó, ya que a los 40', Tom Rogic remató en dos oportunidades de zurda, frontal al arco y fuera del área. Su segundo remate sí encontró red y el elenco oceánico -que representa a Asia en esta competencia- lograba la igualdad.

Sin embargo, el poder alemán y su reacción inmediata salió a relucir: Julian Draxler convirtió de penal sobre el cierre de la primera mitad y le devolvió la ventaja. Apenas inició la segunda parte, el joven de gran proyección, Leon Goretzka, amplió la distancia y empezó a encaminar la victoria para el campeón del mundo, que sacó credenciales sobre el césped ruso y le hizo sentir su chapa a los Socceroos.

De todas maneras, los oceánicos no se quedaron quietos y apretaron el marcador a partir del descuento de Tomi Juric, quien remató dentro del área y la mandó al fondo del arco. Un tanto que trajo polémica y que se llevó a la revisión mediante el VAR, aunque éste le hizo un guiño a los australianos.

Pese a la arremetida, el seleccionado a priori más débil no logró capitalizar su remontada y Alemania comenzó con una sonrisa. El jueves, frente a Chile, el duelo más bravo para los dirigidos por Löw. Los Socceroos, en tanto, buscarán darse vida ante Camerún.