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El secreto mejor guardado de Maradona: Jugaba al Padel y era igual de bueno que en el fútbol
Se han escrito incontables páginas sobre la vida de Diego Armando Maradona, marcada por triunfos inolvidables y excesos que lo convirtieron en una figura tan admirada como polémica. Sin embargo, pocos conocen uno de sus secretos mejor guardados: su pasión por el pádel, un deporte en el que también supo destacarse con el talento que lo acompañó toda su vida.

Nito Brea revela una anécdota inédita de Maradona con el pádel
Nito Brea, exjugador y reconocido entrenador además de padre de la actual estrella Delfina Brea, compartió una curiosa historia en una entrevista con Padel Vibes que revela el vínculo poco conocido de Diego con este deporte.
“Maradona jugaba al pádel, era un fenómeno y además, era diestro. Un día jugué con él y, cuando hacía un punto, me decía: ’¡Qué fenómeno el punto que hiciste!’ Y yo pensaba: ’¡Me lo está diciendo El Diego!’”, relató Brea con admiración.
Pero la historia no termina ahí. Nito conserva una camiseta firmada por Maradona que guarda como un tesoro. En ella, el Diez escribió: “Mi capitán, compartimos juntos lo mejor. Delfi.”
Comentó en su intervención durante Padel Vibes de beIN SPORTS.

El pádel como parte de su entrenamiento
Incluso su hijo, Diego Maradona Jr., confirmó en varias entrevistas que el pádel no era un simple pasatiempo para su padre, sino parte fundamental de su rutina de entrenamiento.
“A mi padre se le daba muy bien. Jugaba dos veces por semana. Somos una familia que ama este deporte”, contó. Además, Diego era un admirador declarado de Fernando Belasteguín, el jugador más laureado en la historia del pádel, número uno del mundo durante más de 16 años consecutivos. Confesaba para la televisión argentina.
Maradona, padrino de lujo en el primer Mundial de pádel
Corría 1992. Sevilla se preparaba para ser una de las sedes de la Expo y también del primer Mundial de pádel de la historia. En ese contexto, Maradona firmaba contrato con el Sevilla FC, dirigido por su compatriota Carlos Bilardo, tras cumplir una sanción de 15 meses por dopaje.
Por entonces, el pádel comenzaba a ganar terreno tanto en Argentina como en España. En su país natal, ya era considerado por muchos como el segundo deporte nacional, solo detrás del fútbol. La coincidencia entre la llegada de Diego a Andalucía y el Mundial fue aprovechada por la selección argentina, que vio en él al embajador ideal.
La albiceleste, tanto en su rama masculina como femenina, se consagró campeona en ese torneo histórico disputado en Madrid y Sevilla. Maradona no solo asistió a varios encuentros: incluso se ausentó de una concentración previa a su debut frente al Bayern Múnich para apoyar al equipo. Su compromiso fue tal que llegó a comentar la final en la transmisión televisiva del evento. Informaba la revista: El Gráfico, edición 3810 (13 de octubre de 1992)
Un legado que trasciende el fútbol
El amor de Maradona por el pádel fue auténtico e intenso. Su presencia ayudó a visibilizar y posicionar este deporte a nivel internacional. Una vez más, el astro demostró que su talento no conocía límites ni fronteras.
El legado de Diego vive, por supuesto, en la historia grande del fútbol, pero también en cada pista de pádel donde una pelota rebota con fuerza. Porque incluso allí, El Pelusa dejaba su magia.