El Madison Square Garden de Nueva York se convirtió en el escenario de otra noche histórica en la UFC, donde Jon Jones reafirmó su supremacía como campeón del peso completo al derrotar a Stipe Miocic con un brutal nocaut en el tercer asalto. En una pelea entre dos leyendas del deporte, Jones demostró por qué es considerado uno de los mejores peleadores de todos los tiempos.  

Desde el inicio, Jones impuso su ritmo. En el primer asalto, un derribo temprano permitió al campeón tomar el control, castigando a Miocic con sus característicos codazos. A pesar de los intentos del excampeón por acercarse con su boxeo, Jones manejó los tiempos y la distancia con maestría, asegurándose una ventaja clara en las tarjetas durante los dos primeros rounds.  

El desenlace llegó en el tercer asalto, cuando una patada giratoria al cuerpo dejó a Miocic sin aire y de rodillas en la lona. El árbitro intervino rápidamente, decretando el final de la pelea y confirmando una vez más la grandeza de "Bones". Tras su victoria, Jones dedicó el momento a Jesucristo y dejó en el aire su futuro en el octágono: “No me voy a retirar. Veremos qué dice Dana White, pero los fans tendrán pronto noticias emocionantes”.  

Por su parte, Miocic, quien es ampliamente reconocido como el mejor peso pesado en la historia de la UFC, anunció su retiro tras la derrota. “Esperaba ser el primero en derrotarlo en esta categoría, pero no fue posible. Ahora es momento de decir adiós. Gracias a todos por su apoyo”, declaró el bombero de Ohio con evidente emoción.