EFE

Preservar el 2-0 de la ida es el objetivo del Olympique de Marsella en la vuelta de las semifinal de la Liga Europa contra el Salzburgo, que en su estadio tratará de agitar el fantasma de las remontadas que tan buenos resultados está dando esta temporada en la competición europea.

Con poco que perder, los austríacos tratan de ignorar las estadísticas, que hablan de modestas posibilidades de remontar el 0-2 del partido de ida.

Desde 1970, apenas un 17% de los equipos que han perdido fuera de casa 0-2 han logrado seguir adelante en competiciones europeas.

"Difícil pero se puede hacer", aseguró el centrocampista Amadou Haidara, citado hoy por la prensa local

"En el partido de ida hemos ofrecido un muy bien juego pero tuvimos poca suerte y no logramos el esperado gol fuera de casa", reconoció el maliense, de 20 años.

"Tenemos una gran oportunidad en la noche de mañana y vamos a darlo todo para brindarle a nuestra afición y todos los espectadores una gran noche de fútbol."

El técnico, Marco Rose, por su parte, aseguró que sus jugadores "dominaron durante gran parte del partido al Marsella".

"Vamos a hacer todo lo posible para superarlos con fuerza y cansarlos. Estamos bien preparados", agregó el técnico alemán.

"Debemos creer en nosotros durante 90 o 120 minutos, ya que tenemos una gran responsabilidad ante los hinchas en el estadio", señaló Rose en rueda de prensa hoy.

Su equipo disputa su primer choque de semifinales a nivel europeo desde el año 1994.

"Milagros son otra cosa. Pero queremos hacer una noche especial, con un bueno juego. Para ello, necesitamos confianza en nosotros, y fuerza ofensiva ya que debemos remontar dos goles, al mismo tiempo tenemos que evitar recibir un gol", concluyó el técnico, considerado el "padre" del reciente éxito del Red Bull.

El Olympique ha entrado en una nueva dimensión en la competición europea. La remontada contra el Leipzig en cuartos de final y el buen partido de ida frente al Salzburgo, han fortalecido la confianza del equipo que, sin embargo, no dejó entrever esa fortaleza en su liga.

Un empate frente al Angers les privó del podium de la tabla, sinónimo de clasificación para la Liga de Campeones, su gran objetivo del año, marcado por el propietario del club, el multimillonario estadounidense Frank McCourt.

A falta de tres jornadas para que culmine la temporada liguera, el equipo está a un punto del tercer puesto, que les obligaría a jugar una fase previa, y a dos del segundo, que les clasificaría de forma directa.

Por eso no cierran ese frente, aunque en Marsella se respira el ambiente de que sería más fastuoso conseguir el billete ganando la Liga Europa, que sería el segundo título europeo de su historia.

Por el momento, buscan entrar en su primera final desde 2007, cuando perdieron contra el Valencia, y disputar allí el trofeo en suelo francés, ya que el escenario será Lyon.

El principal enemigo de los franceses será el exceso de confianza y combatirlo ha sido la tarea del entrenador, Rudi Garcia, muy enfadado con sus jugadores tras el empate ante el Angers.

Además, en ese duelo perdió por lesión a su delantero centro titular, el griego Mitroglou, que será sustituido por Germain.