El Real Madrid vivió una de esas noches europeas que hacen vibrar al Santiago Bernabéu. Con dos penales convertidos por Kylian Mbappé, el conjunto blanco remontó al Olympique de Marsella y confirmó que su estrella francesa es el gran referente de un proyecto que comienza a tomar forma bajo las órdenes de Xabi Alonso. No fue un triunfo sencillo: la expulsión de Dani Carvajal obligó a los locales a jugar en inferioridad por segundo partido consecutivo, hasta que la aparición de Vinícius Jr. terminó de desatar la euforia en la grada.

Mbappé, el líder indiscutible

El delantero galo no tardó en demostrar que cada balón que toca puede cambiar un partido. Ya en el primer minuto intentó sorprender con una chilena que levantó al público de sus asientos. Después, con el Madrid volcado en ataque pero perdiendo tras un error en la salida de Arda Güler, apareció la chispa de Rodrygo Goes, que forzó un penalti tras ser derribado por Geoffrey Kondogbia. Desde los once pasos, Mbappé no perdonó y firmó su quinto gol en apenas cinco encuentros de la temporada.

La segunda diana llegó en el tramo decisivo, cuando la presión del Madrid y la velocidad de Vinícius forzaron una mano dentro del área rival. El francés volvió a ejecutar con categoría, sellando la remontada en una noche que refuerza su papel de líder absoluto del equipo.

Un Madrid eléctrico y con carácter

El primer tiempo del conjunto de Xabi Alonso fue un auténtico espectáculo ofensivo. Hasta 18 remates, 11 de ellos a portería, con asociaciones rápidas, presión alta e intensidad para asfixiar al Marsella. La grada se contagió de la energía de un equipo que empieza a mostrar el trabajo táctico del nuevo entrenador: nadie tiene el puesto asegurado y el que rinde es el que juega. Prueba de ello fue la suplencia de Vinícius, una decisión que habría sido impensada en la era de Carlo Ancelotti.

El problema para los blancos llegó en la segunda mitad. La expulsión de Carvajal, que cayó en la trampa de Rulli tras una provocación, dejó al Madrid con diez hombres. Sin embargo, lejos de venirse abajo, el equipo encontró en la chispa de Vinícius y en la seguridad de Thibaut Courtois las claves para sostener la ventaja.

Una victoria que ilusiona al madridismo

El triunfo fue celebrado como algo más que tres puntos: fue la confirmación de que este Real Madrid tiene personalidad, variantes y hambre de protagonismo europeo. Con jóvenes como Mastantuono mostrando garra en su debut continental, un medio campo en construcción donde Tchouaméni empieza a consolidarse, y un Mbappé que parece destinado a marcar época en el club, la afición se fue del Bernabéu soñando con la decimosexta.

La primera noche europea de Xabi Alonso como técnico en Chamartín dejó un mensaje claro: este Madrid tiene defectos por corregir, pero empieza a construir una identidad que conecta con su gente. Y mientras Mbappé siga liderando con goles y carácter, la esperanza blanca seguirá intacta.