Un arranque devastador

El segundo año de Kylian Mbappé en el Real Madrid no podía ser más contundente. El francés llegó al Santiago Bernabéu con la misión de ser líder indiscutible… y está respondiendo con goles. En septiembre convirtió cada partido en una exhibición: nueve tantos con la camiseta blanca y dos más con la Selección de Francia, para un total de doce festejos en apenas unas semanas.

Desde su gol a Ucrania hasta el hat-trick en Kazajistán frente al Kairat Almaty, Mbappé convirtió el inicio de temporada en una demostración de voracidad. Incluso en la derrota del derbi madrileño, se marchó con su sello en el marcador.

Cifras de otra galaxia

Mbappé ya acumula 60 goles en la Champions League en apenas 89 partidos. Un ritmo más veloz que el de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Raúl en sus primeras etapas en Europa. Solo Lionel Messi y Robert Lewandowski alcanzaron antes esa marca, lo que confirma al francés como uno de los atacantes más precoces de la historia.

Lo hace además con apenas 26 años, situándose como el segundo jugador más joven en lograrlo, únicamente por detrás de Messi. Un registro que refleja no solo su calidad, sino también una consistencia que lo coloca en la mesa de los más grandes.

Una ambición sin freno

Tras marcar tres goles en Kazajistán, Mbappé confesó que se reprochaba no haber convertido cinco: “Un jugador como yo debe convertir todas las ocasiones. Para eso me fichó el Madrid”, sentenció. Una declaración que resume la voracidad de un futbolista que nunca se conforma y que apunta a superar cualquier límite.

En la tabla de goleadores históricos de la Champions aún le queda camino por recorrer: Cristiano (140), Messi (129), Lewandowski (105), Benzema (90) y Raúl (71) todavía están por delante. Pero su ritmo actual amenaza con derribar cualquier récord.

El futuro ya es presente

Mbappé no conoce barreras. Cada gol lo empuja más cerca de los gigantes de todos los tiempos y confirma que el Real Madrid tiene en él a un jugador destinado a marcar época. El arranque de temporada no solo refuerza su papel como líder, sino que lo proyecta hacia un lugar reservado para los auténticos mitos del fútbol.