VIDEO | ¡El Atlético elimina al subcampeón!
En los penaltis, tras un esfuerzo descomunal y conmovedor, después de igualar la eliminatoria en el minuto 87' con un gol de Memphis Depay, el Atlético de Madrid soportó la prórroga y se impuso en la tanda de penales al Inter para culminar la remontada y la apoteosis del Metropolitano, con un Oblak esplendoroso en los once metros y un fallo final de Lautaro Martínez, rumbo a los cuartos de final de la Liga de Campeones.
En el noveno lanzamiento, el atacante argentino, el goleador del Inter, mandó a las nubes su derechazo para poner punto y final a una serie emocionante, en la que el conjunto rojiblanco quizá mereció más durante el tiempo reglamentario.
Su recompensa llegó al límite: marcó la primera pena máxima Calhanoglu, respondió Memphis, Oblak se agigantó para repeler los lanzamientos de Alexis Sánchez y Klaassen, pero entre medias Sommer había repelido el tiro de Saúl. Acerbi acertó, también Correa y, finalmente, Lautaro Martínez erró su lanzamiento.
"Confío en mis jugadores y en mi equipo, lo vamos a hacer bien". Lo tenía claro Simeone. Estruendoso el Metropolitano, enérgico el Atlético, estuvo a la altura del partido. Lo encaró sin miedo. Sin complejos. Nunca desistió. Ni siquiera cuando el Inter lo golpeó de repente, porque el equipo italiano fue trepidante, preciso, concluyente cuando sale al contraataque.
Desaprovechado su primer momento del encuentro, cuando el Atlético presionó con éxito, agobió a su adversario y le creó unas cuantas ocasiones, sobre todo una de inicial de Lino que solventó crucial Sommer con la mano izquierda (después, la réplica visitante la repelió magnífico Oblak ante Dumfries), recibió el 0-1. De pronto. No inesperado. El Inter vuela.
Tan fácil en la apariencia, tan difícil en la realidad, es el Inter una maquinaría afinada, preparada para aprovechar cualquier concesión de su rival, pero también para crear las grietas por las que romper el encuentro. El 0-1 habría sido un mazazo para cualquiera. Un golpetazo de compleja reanimación. No para el Atlético, resurgido de inmediato con el 1-1.
De vuelta cuatro partidos después, Griezmann despertó la fe. No había participado ni tanto como suele ni tanto como debe hasta entonces, más presente en tareas defensivas que ofensivas. Pero tenerlo sobre el terreno es una fuente inagotable en cualquier panorama. Porque su calidad y sus goles hablan por sí solo. También porque su visión es formidable. Y porque es listo, oportuno para cazar el fatal despeje de Pavard. A la media vuelta, el 1-1.
Una media vuelta de Memphis puso aún más en ebullición el Metropolitano, temeroso cuando Barella se plantó solo ante Oblak. El portero la atrapó. Era una montaña rusa. Memphis estrelló un derechazo en el poste. A la tercera, ya en el minuto 87, fue la vencida. El neerlandés recibió dentro del área y cruzó su disparo. Un gol para la prórroga. No fue más, porque Riquelme falló la última, por encima del larguero, al borde del minuto 93.
No evitó el tiempo extra. Eliminatoria igualada. Media hora más. Más medido todo. En el primer tiempo, dos cabezos del Inter, ambos fuera. De Thuram y Lautaro. Una ocasión del Atlético, con un remate de Memphis, otra vez, que solventó con dificultades Sommer. Ya no podía más Griezmann, cambiado al descanso de la prórroga.











