El talento precoz de Lamine Yamal no pasó desapercibido para Xavi Hernández, quien intentó subirlo al primer equipo del Barcelona cuando apenas tenía 15 años. Sin embargo, tanto Jordi Cruyff como Mateu Alemany intervinieron para frenar ese impulso y proteger el futuro del joven prodigio de Rocafonda.

La visión de Xavi y la cautela directiva

Desde los primeros entrenamientos, Xavi percibió en Yamal un nivel futbolístico fuera de lo común. Convencido de su madurez táctica y capacidad técnica, el entrenador consideró que estaba listo para jugar en el primer equipo a pesar de su corta edad. No obstante, desde la dirección deportiva se optó por la prudencia.

“Xavi quería hacerlo debutar antes. Con Mateu lo hablamos”, reveló Jordi Cruyff, quien enfatizó la importancia del trabajo en equipo y la toma de decisiones conjunta dentro del club. La preocupación principal no era solo proteger al jugador, sino también al propio Barcelona, ya que Lamine aún no tenía un contrato profesional que lo blindara ante una posible fuga.

El entorno de Lamine y la estrategia correcta

La intervención de su agente en ese momento, Iván de la Peña, fue clave. “Hizo un trabajo excepcional. Siempre priorizó el desarrollo futbolístico por encima de lo económico”, destacó Cruyff, reconociendo que esa tranquilidad permitió planificar mejor el debut del juvenil. Más tarde, Jorge Mendes se encargó de su representación, pero también generó confianza en la dirigencia culé.

El miedo era que si Yamal jugaba y demostraba lo que ya sabían que era capaz de hacer, medio continente se lanzaría por él sin que tuviera un contrato que lo ligara al club a largo plazo. Una vez que todo estuvo en orden y el entorno del jugador alineado con los intereses del equipo, Xavi recibió luz verde para hacerlo debutar.

“Si no hubiéramos tenido ese cuidado, habría jugado incluso antes”, confesó Cruyff, satisfecho con la forma en la que se gestionó la irrupción de una de las joyas más brillantes de La Masía.

El impacto silencioso que conquistó al vestuario

Lo que más impresionó a Cruyff no fue solo lo que Yamal hacía con el balón, sino cómo reaccionaron los veteranos del vestuario ante su talento. “Cuando él empezó a hacer sus jugadas, las miradas entre los más experimentados decían todo: ‘¿Esto qué es?’”, recordó.

Con contrato hasta 2031, Lamine Yamal no solo ha cumplido con las expectativas, sino que las ha superado. Y aunque la historia de su debut pudo haberse escrito antes, el cuidado con el que se manejó su ascenso fue, sin duda, la decisión correcta.