La llegada de Marcus Rashford al Barcelona en agosto estaba pensada como un nuevo comienzo. El delantero inglés insistió desde el primer día en una palabra clave: disciplina. Un concepto que buscaba diferenciarse de los problemas que arrastraba en el Manchester United, donde episodios de indisciplina y actitudes cuestionables lo empujaron a salir del club. Sin embargo, a poco más de un mes en suelo catalán, el atacante parece volver a tropezar con la misma piedra.

Castigado por falta de puntualidad

El más reciente incidente ocurrió cuando Rashford llegó dos minutos tarde a una reunión de equipo. Aunque parezca un detalle menor, el técnico Hansi Flick mantiene mano dura con la puntualidad y no dudó en dejarlo en el banquillo frente al Getafe, justo después de que el inglés había brillado contra el Newcastle. La sanción no solo le quitó la oportunidad de continuar su buen momento, sino que abrió la puerta para que Ferran Torres se luciera con un doblete y complicara aún más la lucha interna por un puesto.

El episodio revive recuerdos en la afición del United, que ya lo había visto protagonizar situaciones similares: desde llegar tarde a reuniones hasta aparecer en portadas por salidas nocturnas en momentos inoportunos. Ni siquiera sus mejores temporadas con 30 goles lograron disipar las críticas sobre su falta de constancia fuera del campo.

Una oportunidad que se puede esfumar

En el Manchester United, entrenadores como Erik ten Hag y más tarde Ruben Amorim advirtieron públicamente que Rashford debía corregir su estilo de vida si quería rendir al máximo nivel. Incluso tras etapas positivas, recaía en viejos hábitos que terminaban empañando su talento. Ahora, en el Barcelona, la situación comienza a replicarse.

La decisión de Hansi Flick de apostar por él no fue casualidad. El técnico lo consideró un jugador capaz de revitalizar la ofensiva culé, convenciendo al club de incorporarlo cuando otras opciones como Nico Williams se esfumaron. Pero el alemán ya dejó claro que la disciplina es innegociable. “No es tan difícil llegar a tiempo y respetar al resto del equipo”, señaló en conferencia, recordando que no es la primera vez que sanciona a un futbolista por tardanza.

Apenas con dos meses en el club, Rashford corre el riesgo de desaprovechar la que puede ser la última gran oportunidad de su carrera. Si no corrige rápido, su sueño de consolidarse en el Camp Nou podría terminar antes de comenzar realmente.